Doctrina del 23-F para hacer pasar sentadas y caceroladas por violencia

Sentadas, caceroladas, tractoradas, pintadas, carteles o incluso marchas y concentraciones sin incidentes aparecen descritas como “violencia” en la querella de la Fiscalía contra el Govern y miembros de la Mesa del Parlament. El delito de rebelión que les atribuye exige que un alzamiento “público y violento”, según el artículo 472 del Código Penal, y el ministerio público cita formas de protesta habitualmente consideradas pacíficas para respaldar este cargo. Para defender su tesis, recurre al único precedente de rebelión juzgado: el golpe de estado del 23-F.

La querella ante el Supremo, que emplea argumentos similares a la presentada ante la Audiencia Nacional, afirma que una manifestación numerosa puede considerarse violenta al “tener un efecto intimidante” en la policía; que una cacerolada también lo es al “impedir dormir” a los agentes; define como “actos de acoso y presión” pegar carteles o hacer pintadas, y se refiere a sentadas y “paredes humana” para impedir la retirada de urnas en Lleida como “situaciones de violencia”. Sobre las cargas policiales del 1-O, aduce que “fueron resultado de la pertinaz actitud de los querellados de celebrar a toda costa el inconstitucional referéndum”.

Define a ANC y Òmnium como “brazo civil” del levantamiento “auspiciado por el Govern y diputados”

Para la Fiscalía, la violencia que requiere el delito de rebelión “no exige que se esgriman armas, ni combate, ni violencias graves contra las personas”. Argumenta que “puede no ser necesario” si el alzamiento “es de tal dimensión que tiene capacidad intimidatoria suficiente para disuadir de una posible actuación a las fuerzas del orden”. Es la doctrina que estableció el Supremo al juzgar el golpe de estado perpretrado por militares en 1981.

Tratar de demostrar un alzamiento “violento” es solo parte del trabajo que tiene ante sí la Fiscalía. Para obtener condenas, debe además vincularla a los acusados. Para ello, cita convocatorias de protestas de ANC y Òmnium, a las que se refiere como “brazo civil” del “levantamiento auspiciado por el Govern y los diputados independentistas”; y añade que hay miembros de ambas entidades entre los querellados.

Abucheos a Forn y Bassa al desembarcar en El Prat Joaquim Forn y Dolors Bassa fueron recibidos con abucheos y gritos de “viva España” al llegar a El Prat. La diputada del PP Marisa Xandri calificó con ironía este recibimiento en Twitter como “festivo y pacífico”.