Del Palau de la Generalitat a las celdas de dos prisiones

Dos cárceles muy distintas, casi antagónicas, encierran desde la noche del jueves a 7 exconsellers y el vicepresidente de la Generalitat. Los 6 varones están internos en Estremera, también conocida como Madrid-VII, uno de los centros penitenciarios más modernos del Estado, mientras que las exconselleras Bassa y Borràs están en la cárcel de mujeres de Alcalá Meco, Madrid-I, una de las más antiguas.

El centro de Estremera se encuentra a 70 kilómetros de Madrid y los cargos del Govern han sido distribuidos en varios módulos. Raül Romeva y Joaquim Forn se encuentran en el módulo 3, se encuentran los que entran por primera vez en prisión; Oriol Junqueras y Carles Mundó, en el 7; y Jordi Turull y Josep Rull, en el 4. Ambos son módulos tranquilos y hay un ambiente pacífico y de respeto entre sus internos. En cuanto a las instalaciones, Estremera cuenta con canchas de deporte, piscina, gimnasio, mesas de ping-pong, futbolines, teatro, y equipamientos médicos modernos. Tiene una superficie de 97.761 metros cuadrados, dispone de 1.008 celdas y 172 complementarias de 11 metros cuadrados distribuidas en 16 módulos y capacidad para acoger a 1.800 internos.

Los consellers y el vicepresidente han sido repartidos por parejas en módulos tranquilos

Por su parte, las conselleras Borràs y Bassa permanecen juntas en una misma celda en un módulo tranquilo de Alcalá Meco. El hecho de ser un centro con más de 30 años de antigüedad hace que no tenga las mismas prestaciones que Estremera, pero dispone de zonas verdes, talleres y una piscina. Ocupa una superficie de 62.478 metros cuadrados y actualmente hay unas 700 internas repartidas entre las 385 celdas y 38 complementarias que dispone en su interior. En cuánto a los compañeros de prisión, en Estremera también están el exconsejero de la Comunidad de Madrid Francisco Granados y el presidente de Ausbanc, Luis Pineda. Poco se sabe de las internas de Alcalá Meco.

Los consellers podrán hablar con sus familiares El hecho de estar en prisión preventiva a la espera de juicio, comporta que los consellers internados no tendrán un régimen de comunicación y visitas muy estricto. Podrán hacer un máximo de 10 llamadas telefónicas a la semana con una duración de cinco minutos cada una. También podrán comunicarse a través de los locutorios, en los que tendrán 20 minutos para hablar, acumulables en una ocasión de 40 durante el fin de semana, y pueden hablar hasta con 4 personas a la vez.