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POLÍTICA DISCURSO NAVIDEÑO

El rey rebaja el tono sobre Catalunya y pide serenidad y evitar un nuevo enfrentamiento

En su mensaje de Navidad, Felipe VI esquiva el envite de Carles Puigdemont para que sea mediador

El rey Felipe VI pronunció como es tradición el mensaje de Navidad desde el Palacio de la Zarzuela.

El rey Felipe VI pronunció como es tradición el mensaje de Navidad desde el Palacio de la Zarzuela.CASA REAL/EFE

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El rey Felipe VI rebajó el domingo el tono en su mensaje de Navidad con respecto al pronunciado el pasado 3 de octubre sobre la situación política en Catalunya. El monarca pidió serenidad para evitar un nuevo enfrentamiento, pero a pesar de su discurso conciliador no llegó a adoptar el papel de mediador que el sábado le pidió el president Carles Puigdemont, al afirmar que el rey debía aprovechar el discurso para “rectificar” una postura que consideró defensora de la aplicación del artículo 155. Felipe VI se refirió al Parlamento electo en Catalunya y dijo que “ahora debe afrontar los problemas que afectan a todos los catalanes, respetando la pluralidad”. “El camino no puede llevar de nuevo al enfrentamiento o a la exclusión (...) sino que debe conducir a que la convivencia en el seno de la sociedad catalana recupere la serenidad, la estabilidad y el respeto mutuo, de manera que las ideas no distancien ni separen a familias y amigos”. El monarca se refirió a la capacidad de liderazgo y esfuerzo de Catalunya, su espíritu creativo y su vocación de apertura. Según el rey, el enfrentamiento y la exclusión “solo generan discodia, incertidumbre, desánimo y empobrecimiento moral, cívico y económico en la sociedad”.

El discurso navideño de Felipe VI se alejó del último que pronunció el pasado 3 de octubre, cuando afirmó que, ante la “situación de extrema gravedad” que vive Catalunya que quiere “quebrar la unidad de España y la soberanía nacional”, es “responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar “el orden constitucional”, la vigencia del Estado de derecho y el autogobierno de Catalunya, basado en la Constitución y en su estatuto de autonomía”. En un excepcional mensaje institucional, en el que no dio ninguna solución al conflicto ni hizo ninguna mención a los heridos del 1 de octubre ni al diálogo, criticó entonces el “inaceptable intento de apropiación de las instituciones históricas de Catalunya” por parte de “determinadas autoridades” que “han pretendido quebrar la unidad de España y la soberanía nacional”. Recalcó que han incumplido “de manera reiterada, consciente y deliberada” la Constitución y el Estatuto de Autonomía y han “vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una lealtad inadmisible hacia los poderes del Estado”.

El rey se refirió a los líderes políticos electos y les emplazó a respetar la pluralidad de la sociedad

Felipe VI habló de los atentados de Barcelona y Cambrils y tuvo un recuerdo para las víctimas

En el discurso del domingo el rey añadió que “España es una democracia madura, donde cualquier ciudadano puede pensar, defender y contrastar, libre y democráticamente, sus opiniones y sus ideas, pero no imponer las ideas propias frente a los derechos de los demás”.

Señala la corrupción como “una de las principales preocupaciones”Tras referirse a la situación política en Catalunya, el rey se refirió a otros temas de interés social en su discurso navideño. Uno de ellos fue el de la corrupción, a la que calificó como “una de las principales preocupaciones de la sociedad, que demanda que sigan tomándose las medidas necesarias para su completa erradicación y que los ciudadanos puedan confiar plenamente en la correcta administración del dinero público”. El monarca no pasó por alto el terrorismo yihadista, que afirmó que “sigue siendo una amenaza mundial y este año nosotros lo hemos sufrido directamente en Barcelona y Cambrils”. Y añadió que “solo desde la unidad democrática, la firmeza del Estado de Derecho, y la eficacia de la cooperación internacional, podremos vencerlo y derrotarlo. Y así lo haremos, teniendo siempre muy presentes el recuerdo y el respeto permanente a sus víctimas”. Como retos, se marcó el hecho de seguir mejorando la economía y el empleo, con la creación de nuevos puestos de trabajo estables como objetivo “esencial y prioritario”. Felipe VI se refirió además a Europa y dijo que “España debe recuperar su protagonismo en un proyecto europeo que ahora requiere mayor vitalidad e impulso”.

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