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El preso de 29 años al cual el domingo dieron por muerto tres médicos (dos de la prisión de Asturias y la forense de guardia) y que resucitó en plena mesa de autopsias, había sufrido una sobredosis de un cóctel de sustancias estupefacientes que lo sumieron en un estado de coma profundo cuya apariencia es similar a una defunción, según fuentes de la investigación. Gonzalo Montoya, condenado a tres años y medio de prisión para robar chatarra, según su familia, hace tres años que está cerrado “a polvo”. “Tiene depresión en el no poder ver a su mujer y sus cinco hijos, el mayor de 15 años”, según aseguran.
