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El presidente del Constitucional, Ana Pastor, Pedro Sánchez, el rey, Mariano Rajoy, Pío Escudero y el presidente del Tribunal Supremo.

El presidente del Constitucional, Ana Pastor, Pedro Sánchez, el rey, Mariano Rajoy, Pío Escudero y el presidente del Tribunal Supremo.EFE

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El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, tomó ayer posesión como presidente del Gobierno central en un acto sobrio ante el rey y un ejemplar de la Constitución. Por primera vez en democracia, el acto de investidura se celebró sin la presencia del crucifijo ni la Biblia. Con la llegada del nuevo monarca a la Jefatura del Estado, se modificó el protocolo, permitiendo a los altos cargos pronunciar su juramento sin la presencia de simbología religiosa. Casualmente, la toma de posesión de Sánchez coincidió con el día en que se cumplirían los cuatro años de la abdicación del rey Juan Carlos I.

El líder socialista prometió su cargo ante el expresidente del Ejecutivo central Mariano Rajoy y del ministro de Justicia en funciones, Rafael Catalá, como notario mayor del Reino, entre otros. Tras el acto, el rey se acercó al nuevo presidente para desearle suerte y posó junto a él y Rajoy. El nuevo jefe del Ejecutivo se adelantó para estrechar la mano del exmandatario, dirigiéndose a él como “presidente”. Rajoy le correspondió deseándole “mucha suerte”, igual que ya hizo tras finalizar el pleno en el Congreso que aprobó la moción de censura.

El PP y Ciudadanos tienen la mayoría de la Mesa del Congreso, que puede frenar sus proyectos

Una vez investido, Sánchez debe ultimar el organigrama del nuevo Gobierno, que quiere tener cerrado a principios de semana. Según comentaron fuentes del PSOE, se espera que el nombramiento de los nuevos ministros aparezca publicado en el Boletín Oficial del Estado entre mañana y el miércoles, a más tardar.

En ese momento se verá si el presidente opta por modificar el organigrama con el que trabajó su antecesor y diseña una nueva estructura en la composición de los ministerios. Por el momento, desde el PSOE insisten en que primero quieren centrarse en decidir la estructura y después elegir los nombres para ocupar los cargos. Por el momento, Sánchez solo ha dejado caer dos indicaciones de la futura composición: el nuevo Gobierno estará formado en exclusiva por socialistas y será paritario. La portavoz socialista en el Congreso, Margarita Robles, confirmó ayer que no se incluirá a ministros de Podemos, pese a la insistencia de la formación morada a conformar una coalición.

Aunque todavía no se sabe quién formará parte del nuevo Ejecutivo, ya han empezado a sonar algunos nombres. En este contexto, el exministro de Administraciones Públicas Jordi Sevilla suena como vicepresidente económico, mientras que la exministra de Cultura Carmen Calvo, hacia otra vicepresidencia.

Entre los políticos catalanes, el favorito es Miquel Iceta, aunque su nombramiento significaría dejar sin liderazgo al PSC. La alcaldesa de l’Hospitalet del Llobregat, Nuria Marín, y Meritxell Batet, también suenan como posibles candidatas. Por su parte, el exministro leridano Josep Borrell también aparece en las quinielas de ministrable.

En el núcleo duro de Sánchez destaca José Luis Ábalos, el secretario de Organización del PSOE, aunque nadie quiere que abandone su posición. Con aparente mejor disposición está a la propia Robles.

Entre otros nombres que se están barajando aparecen Patxi López, Cristina Narbona, Adriana Lastra, Beatriz Corredor, María Luz Martínez Seijo y Alfonso Rodríguez Gómez de Celis.

Pedro Sánchez se encuentra ante una difícil situación al ser el primer presidente en democracia elegido tras una moción de censura, con tan solo 84 diputados y que llega al cargo gracias a una gran amalgama de partidos, entre los que se encuentran Podemos, el PNV, y los independentistas catalanes.

Uno de los primeros retos a los que tendrá que hacer frente es a la situación en Catalunya. Sánchez se comprometió durante la moción de censura a entablar una vía de diálogo con la Generalitat, para buscar “soluciones políticas” y un nuevo encaje constitucional como “nación”. Aún así, al menos de momento rechaza poner sobre la mesa la autodeterminación o el acercamiento de los presos.

Respecto a la economía, aunque está creciendo a un ritmo del 3%, Sánchez se enfrenta a una tasa de paro del 16,7%.Está por ver si tomará medidas para derogar la reforma laboral aprobada por el PP en 2012, además de la de las pensiones de 2013. En el ámbito presupuestario, deberá lograr los apoyos necesarios para sacar a delante el techo de gasto de 2019.

Entre las principales leyes que los socialistas quieren modificar, se encuentra la Hipotecaria, que para el PSOE es necesario mejorar en materia de sanciones y de dación en pago. Esta podría ser difícil de modificar, al encontrarse en minoría y tener tanto al PP como a Ciudadanos en contra.

Otra de las leyes con las que se han comprometido es la de la Renda Mínima, consistente en pagos de 426 euros para familias sin ingresos. Esta ley se encuentra actualmente paralizada, ya que todavía no ha empezado el debate de enmiendas. Cabe destacar que la mayor parte de la Mesa en el Congreso sigue estando conformada por el Partido Popular y Ciudadanos, siendo los que deciden si agilizan o no los trámites parlamentarios.

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