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SUCESOS ASESINATO

Ana Julia confiesa entre sollozos el crimen de Gabriel

“Cuando le quité la mano, no respiraba”, afirma || Intenta hacer creer que actuó en defensa propia contra un menor de 8 años

Ana Julia Quezada, durante su declaración ante el juez.

Ana Julia Quezada, durante su declaración ante el juez.ESPEJO PÚBLICO

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“Cuando le quité la mano, no respiraba”. Con estas palabras, Ana Julia Quezada, asesina confesa de Gabriel Cruz, el niño de ocho años que desapareció en Almería a finales de febrero y cuyo cadáver fue hallado días después, admitió haber dado muerte al pequeño ante el juez que dirige la investigación del caso. La mujer, pareja del padre de Gabriel en aquel momento, relató que le puso “la mano en la boca y la nariz” para que la víctima dejara de insultarle. “Yo no quiero que me mandes, que eres fea”, afirmó Ana Julia que le gritaba el niño en sede judicial, según muestran las imágenes hechas públicas ayer por Espejo Público (Antena 3).

Así las cosas, su estrategia pasa por hacer creer que actuó en defensa propia ante el pequeño, tratando de arrebatarle un hacha. “Gabriel, dame el hacha que te vas a hacer daño”, aseguró que le advirtió antes de acabar con su vida. Entre sollozos, Ana Julia reconoció que, tras perpetrar el crimen, no sabía “qué hacer” y que lo único que pensaba era en cómo se lo explicaría a Ángel, el padre del pequeño. “Entonces se me ocurre, veo por allí una pala y digo, pues entierro aquí al niño”, explicó para justificar su decisión de depositar el cuerpo sin vida en una finca familiar de Rodalquilar. Con todo, la autora confesa de los hechos defendió ante el juez que “no soy una asesina”. “Esto es muy duro Dios mío, porque he perdido a Gabriel, a mi hija y a Ángel”, enfatizó.

Por otro lado, preguntada sobre si el niño la acompañó voluntariamente hasta la finca, Ana Julia aseveró que “sí”. “Venga, súbete al coche y vente conmigo a Rodalquilar, que voy a pintar y ahora te traigo”, afirmó que le dijo cuando pasó a recogerlo por Las Hortichuelas, la pedanía almeriense en la que residía la abuela del niño y en la que se le vio por última vez con vida.

En otro orden de cosas, un niño de dos años permanece ingresado en estado grave en un hospital de Sevilla después de recibir una paliza por parte de la pareja de su madre, que encerró a ambos en una habitación. La abuela del menor dio la voz de alarma.

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