El excomisario Castellví dice que los votantes del 1-O no fueron violentos

El juicio en el Supremo como la cúpula del procés por el 1-O se reanudó ayer con la segunda parte de la declaración de Manel Castellví, excomisario de Información de los Mossos, que, a preguntas de las defensas, admitió que el día del referéndum no se cumplieron las previsiones de violencia de las que él mismo alertó al Govern dos días antes. “En contra de las previsiones, los grupos considerados más violentos no actuaron”, manifestó, a la vez que sostuvo que tanto la ANC como Òmnium Cultural mantuvieron siempre una actitud “no violenta”. Por otra parte, reiteró en que los mandos de los Mossos intentaron persuadir al Executiu de Puigdemont para que suspendiera el 1-O. En este punto insistió Emili Quevedo, exjefe de Planificación de los Mossos, que relató como hasta en dos ocasiones trataron de que el Govern accediera a suspender la consulta. Quevedo explicó que el exmajor Trapero pidió no celebrar el 1-O, y dijo que el conseller cesado de Interior, Joaquim Forn, “no influyó en el dispositivo”. También indicó que era “poco realista” poder cumplir con el mandato judicial y cerrar todos los colegios. Al hilo de esto, el conseller cesado de Cultura, Lluís Puig mostró como habrían sido las urnas en caso de haber sido descubiertas las que se acabaron usando.