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Boya dice que la "guerra psicológica" del Estado no tendría que haber frenado el independentismo en 2017

La exdiputada de la CUP pide una estrategia compartida y critica las "renuncias" para iniciar un diálogo con Madrid

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La leridana Mireia Boya, exdiputada de la CUP, cree que el independentismo no se tendría que haber "paralizado" ante la "guerra psicológica" con "amenazas de muerte" incluidas durante el otoño de 2017 porque eso supuso "la derrota" del movimiento. En su comparecencia en la comisión de investigación del 155 en el Parlament, Boya ha dicho que "el Estado mayor" no quiso "cargar con ningún tipo de violencia" y ha recordado que la violencia "no es culpa de los que la sufren, sino de los que la ejercen". En este sentido, ha lamentado el "comportamiento paternalista" que hizo "perder una oportunidad". Por otra parte, ha opinado que hubo "poca resistencia" del independentismo en la aplicación del 155 y ha dicho que los Mossos fueron "colaboracionistas".

Durante la comparecencia, Boya ha lamentado que el independentismo ganó el 1-O pero que perdieron en la guerra "psicológica" del Estado porque el Govern "retrocedió". Así, ha dicho que se recibió "una llamada desde arriba" cuando había la intención de acampar el 3-O para mantener la movilización en las calles para que no se hiciera y que lo aceptaron. "No supimos plantarnos y liderar la chispa de desobediencia que habría tenido que continuar en aquellos momentos, porque estaba la posibilidad de la vía insurgente", se ha quejado Boya, haciendo autocrítica por su parte. Además, ha denunciado la violencia "policial y parapolicial", que incluía "persecuciones" a independentistas, como ella misma, a quien "dos señores esperaban en la puerta de su casa".

La exdiputada también ha dicho que en otoño de 2017 no se dispuso de las herramientas ni se fue capaz de prever qué habría "que "proteger" a los funcionarios públicos ante el "golpe de estado" del 155. "No quiero hablar de colaboracionismo, pero sí que hubo poca resistencia de los que quedaban después de la prisión y el exilio para hacer frente al 155", ha dicho, por otra parte. En cambio, sí que ha cargado contra los Mossos d'Esquadra por "colaboracionismo".

Boya también ha exigido a los partidos independentistas que trabajen para una estrategia compartida y los ha reprochado que hayan entrado en uno "espiral de simbolismos y renuncias", como enero del 2018, cuando el Parlamento se tendría que haber plantado y haber optado por reinvestir a Carles Puigdemont: Sólo había cuatro diputadas de la CUP para investirlo, que parecíamos más Puigdemontistas. "Se optó por continuar con la legislatura, el 155 se aceptó e interiorizó en el Parlamento", ha dicho. Con todo, ha avisado de que el partidismo ahora "no lleva a ningún sitio" y que tienen que compartir trinchera" ante el Estado "represor". "Estáis condenados a entenderos", ha dicho a JxCat, ERC, CatECP y CUP-CC.

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