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El padre del niño de tres años fallecido el 17-A: "Mi causa es que no vuelva a pasar"

El pequeño, vecino de Rubí, estaba vinculado a la localidad de Llimiana

Los acusados, durante la primera jornada del juicio por el 17-A.

Los acusados, durante la primera jornada del juicio por el 17-A.Audiencia Nacional

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Javier Martínez, el padre del niño de tres años vecino de Rubí pero vinculado a la localidad de Llimiana que murió el 17 de agosto del 2017 en el atropello masivo, ha explicado en el juicio de la Audiencia Nacional que no olvidará nunca "el silencio de la Rambla". "En aquel momento todos los principios como padre y los sentimientos para seguir y luchar quedaron rotos al suelo de la Rambla", ha expuesto. Ha explicado que después de lo que vivió y de las "promesas no cumplidas" del Ministerio del Interior hace tres años que trabaja para mejorar el trato a las víctimas. "Lo hemos perdido todos, ahora no sé si sería el presidente del mundo, el primer astronauta de Marte... ya nunca sabremos qué sería", ha dicho. Ha añadido que quiere que la muerte de su hijo "sirva para alguna cosa buena, no para empezar una guerra".

Martínez estaba trabajando en el mantenimiento de un edificio cuando recibió la llamada de la madre de su hijo que le decía que habían atropellado a su hijo y que se cortó enseguida. "Cogí un taxi y viéndola nerviosa pensé que alguna cosa habría pasado. El taxi paró antes de llegar, recorrí Rambla arriba y pedí a los agentes que me acompañaran al centro atención primaria", ha relatado.

"Empecé a ver gente herida y un silencio que no olvidaré en mi vida, y que no he vivido ni en ninguna iglesia ni en ningún sitio", ha relatado. En el centro atención primaria los familiares se abrazaron. Al cabo de media hora les dijeron que llevarían a su hijo a Sant Joan de Déu en ambulancia para intentarlo reanimar. "Para mí revivirlo es muy duro, envío un abrazo a todas las víctimas", ha dicho Martínez, cuando le han ofrecido agua.

Después de que le comunicaran la muerte de su hijo fue a su casa. "No sé cómo llegué". La mañana siguiente pidió a los agentes que lo acompañaran a la Ciudad de la Justicia. "Los mossos han sido personas magníficas en los momentos más duros de mi vida, estoy mmuy agradecido por como lo han hecho todo y como personas y porque se sentían igual de mal que yo de no haber podido salvar la vida de mi hijo", ha relatado.

Ha explicado que fue "muy duro" cuándo en la Ciudad de la Justicia le pidieron permiso para hacer una autopsia al hijo. Ha explicado que el Ministerio del Interior aseguró que tendrían todo lo que necesitaran, pero ha dicho que no ha sido así. Sí que han recibido la indemnización económica. "¿Hay bastante dinero en el mundo para sacarlo del nicho y devolverlo a la vida?", se ha preguntado.

Ha manifestado que el objetivo de su comparecencia es que se mejore el trato que reciben las víctimas. "Las sensaciones de odio, rabia, indignación, depresión, todas las cosas negativas las he juntado y de estas cosas he hecho una causa" para que esta situación no vuelva a pasar. Ha dicho que los últimos tres años ha hablado con varias personas y ha trabajado para que los protocolos cambien.

Ha acabado diciendo que quiere que la muerte de su hijo "sirva para alguna cosa buena, no para empezar una guerra". Ha añadido que por eso abrazó a un imán y pidió que no se ataque a la comunidad musulmana. "No ataquéis a quien no tiene la culpa", ha remarcado.

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