PANORAMA
La menor asesinada en Sevilla fue descuartizada
La Guardia Civil frente a la casa del asesino durante su registro.
El joven de 23 años que la noche del jueves confesó que había acabado con la vida de su expareja Rocío, una joven de 17 años que se dio por desaparecida el pasado 3 de junio, descuartizó a la chica después de quitarle la vida a puñaladas y arrojó sus restos por diferentes zonas de un descampado en la localidad sevillana de Estepa.
La Guardia Civil sospechó desde un principio de que el hombre estaba relacionado con la ausencia de la chica tras comprobar que había comprado una motosierra por internet días antes del suceso y que el móvil de esta no marcaba movimientos fuera de Estepa. Los investigadores lo sometieron a una “vigilancia pasiva” después de que este enviará a través del Whatsapp de la víctima varios mensajes a sus familiares en los que decía que la menor había estado en su casa y que se había ido a Badajoz para casarse con otro hombre, lo que no se creyeron ni la familia ni los investigadores.
Según los allegados de la adolescente, esta había sufrido maltrato físico y psicológico por parte de su expareja, con quien tenía un bebé, pero nunca llegó a denunciarlo por miedo a las represalias.
La Guardia Civil registró ayer la casa del asesino confeso y llevó a cabo junto a él una reconstrucción del crimen.
