EEUU, Reino Unido y Australia sellan una alianza militar frente a China

Estados Unidos, Australia y el Reino Unido anunciaron ayer un ambicioso pacto de defensa destinado a plantar cara a China en el Indopacífico, y que incluirá el desarrollo de submarinos nucleares para los australianos.

El acuerdo, denominado AUKUS por las iniciales en inglés de los tres países anglosajones, tiene como objetivo reforzar la cooperación trilateral en tecnologías avanzadas de defensa, como inteligencia artificial, sistemas submarinos y vigilancia de larga distancia. “Nuestras naciones y, de hecho, el mundo, dependen de un Indopacífico libre y abierto, que dure y florezca en las próximas décadas”, dijo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, durante la presentación de la alianza.

Aunque no hizo mención alguna a China, Estados Unidos ya ha dejado claro su interés en contener el avance de China en el Pacífico, y con el nuevo acuerdo quiere implicar más en esa misión “a Europa, y en particular al Reino Unido”, aseguró un funcionario de la Casa Blanca.

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El acuerdo de cooperación en tecnología avanzada de defensa causó un fuerte malestar en el gigante asiático, que lo ve como una amenaza a la estabilidad y paz regionales, y en Francia, que se ve perjudicada por un contrato millonario fallido de venta de submarinos nucleares a Australia.

El acuerdo sitúa el foco en la región del Indopacífico, de gran interés mundial y uno de cuyos actores relevantes Pekín, que se dio por aludida por el pacto y lo criticó con dureza. “Este tipo de cooperación socava gravemente la paz y la estabilidad regionales, así como los esfuerzos internacionales por la no proliferación nuclear”, dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores chino Zhao Lijian.

Por su parte, el ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, denunció esta nueva alianza anunciada por Biden, que supone romper un importante contrato de venta de submarinos franceses, se parece a la forma de actuar de Donald Trump. “Esto no se hace entre aliados” y tendrá consecuencias, aseveró.

Mientras, la UE mostró sorpresa por no haber sido informada del acuerdo, pero aseguró que esto no “debilitará” sus relaciones con las potencias.