Neurólogos urgen a preparar a la sanidad pública para una “nueva era” del Alzhéimer
Especialistas creen que la enfermedad será “irreconocible en cinco años” por los tratamientos y la prevención

Las manos de una investigadora trabajando con unas muestras en el área de enfermedades neurológicas, entre las cuales el Alzhéimer, del Instituto de Investigación de Sant Pau.
Los neurólogos esperan empezar a administrar en los próximos meses los dos primeros fármacos que ralentizan la progresión del Alzhéimer. Son el lecanemab, que desde abril cuenta con la autorización de la Comisión Europea y ahora está pendiente de los trámites estatales, y el donanemab, que sigue el mismo camino. Especialistas del Hospital de Sant Pau de Barcelona afirman que los tratamientos y los avances en biomarcadores para detectar la enfermedad han abierto una “nueva era” para el Alzhéimer y al mismo tiempo implican nuevos retos para la sanidad pública, ya que harán falta muchas más visitas y pruebas a los pacientes. Los neurólogos avisan de que el sistema sanitario se tensará y piden hacer las inversiones necesarias para organizar circuitos y tener más profesionales.
“El Alzhéimer puede ser irreconocible dentro de unos cinco años desde el punto de vista de cómo lo tratamos y cómo lo prevenimos”, afirma el doctor Juan Fortea, jefe del grupo de Neurobiología de las Demencias del Instituto de Investigación Sant Pau, en un encuentro con periodistas con motivo del Día Mundial del Alzhéimer, el 21 de septiembre, este domingo.
Coincide plenamente el director del Servicio de Neurología del hospital, el doctor Albert Lleó. “En estos momentos estamos en una nueva era, fundamentalmente por la aprobación de los primeros medicamentos modificadores del Alzhéimer”, recalca sobre esta enfermedad que afecta a más de 50.000 personas en Cataluña.
Después de décadas buscando como cambiar el curso del Alzhéimer, han llegado los primeros resultados positivos y actualmente hay 138 medicamentos en investigaciones activas de esta enfermedad. “Estamos en un punto similar al de la esclerosis múltiple hace 30 años o en el del cáncer con las primeras quimioterapias”, señala León, haciendo referencia a estas enfermedades que en las últimas décadas han cambiado enormemente el pronóstico para muchos pacientes.
Los avances en biomarcadores también han permitido mejorar el diagnóstico y la ciencia búsqueda como evitar la aparición de la enfermedad cuando el cerebro empieza a presentar lesiones. Esta fase sin síntomas puede durar años, pero todavía falta mucho camino para la prevención secundaria, es decir, como evitar que una persona con acumulación de unas determinadas proteínas en el cerebro acabe desarrollando el Alzhéimer.
Los especialistas avisan de posibles desigualdades para acceder a los primeros fármacos
Uno de los grandes desafíos que plantean los primeros tratamientos es, así pues, la accesibilidad. Las diferencias a la hora de acceder a los primeros fármacos ya se han visto entre países por los diferentes posicionamientos de las agencias reguladoras y podrían darse también en el ámbito estatal en los próximos meses.
Después de recibir el aval de Europa, el lecanemab está pendiente ahora de la autorización regulatoria en el estado español y de la negociación del precio y de la financiación en el Sistema Nacional de Salud (SNS), trámites que suelen alargarse un año. Los neurólogos confían en que el año que viene ya puedan administrarlo, pero puntualizan que, antes de que acabe 2025, algunos pacientes ya lo podrían recibir en los hospitales privados o bien en los públicos a través de programas muy restringidos de acceso acelerado (el conocido como uso compasivo).
Investigadores, clínicos, familiares y asociaciones piden acelerar el proceso para que el fármaco llegue a los pacientes. "¿Nuestro sistema tendrá que asumir que una de las enfermedades más prevalentes y letales no tenga tratamiento en la pública? Sería un cambio de paradigma que no creo que la sociedad esté dispuesta a aceptar”, insta Fortea. “La comunidad médica y científica queremos que este fármaco, que ya está disponible en los Estados Unidos y otros países, llegue cuanto antes mejor a los hospitales”, recalca León.
La realidad del Alzhéimer, actualmente, ya cristaliza desigualdades económicas y sociales y estos neurólogos no quieren que se acentúen. “Es una enfermedad mortal, de las más prevalentes y de las que tiene más iniquidad, incluso dentro de la misma ciudad, ya no sólo entre comunidades autónomas o países”, advierte el doctor Fortea, que continúa: “Depende del hospital dónde seas atendido, te pueden hacer unas pruebas o no. No tenemos una ruta de pacientes unificada y un uso de biomarcadores generalizado para el diagnóstico”.