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Aragón rechazó las pinturas de Sijena por 6.000 pesetas el año 1941

Desvelan cómo el gobierno franquista las ofreció al Museo de Zaragoza en 1941, que no asumió el coste del traslado y colocación. El montaje podía suponer unas 30.000 pesetas de la época

Imagen de los fragmentos pictóricos del monasterio de Sijena que se conservan desde hace seis décadas en el MNAC y que reclama Aragón. - ACN

Imagen de los fragmentos pictóricos del monasterio de Sijena que se conservan desde hace seis décadas en el MNAC y que reclama Aragón. - ACN

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El Museo de Zaragoza declinó pagar en 1941 unas 6.000 pesetas de la época para acabar la restauración de las pinturas de Sijena que se conservaban entonces en Barcelona y asumir también las 30.000 que podía costar el traslado y colocación de las mismas en la pinacoteca después de que el gobierno franquista se las hubiera ofrecido, dos años después del final de la Guerra Civil. Así lo desveló ayer La Vanguardia en un reportaje en el que el periodista Ignacio Orovio saca a la luz unos párrafos sobre este asunto en el libro de memorias del historiador Luis Monreal y Tejada, comisario de zona del Patrimonio Artístico Nacional para Catalunya, València y Baleares, que se encargó tras la Guerra Civil de restituir las obras de arte que habían sido incautadas por el gobierno de la República o expoliadas durante el conflicto. Este episodio ‘olvidado’ adquiere máxima relevancia justo ahora cuando desde Aragón reclaman restituir las pinturas murales que conserva y exhibe el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) al monasterio oscense, con apoyo judicial pero con el rechazo de la mayoría de científicos y expertos en conservación artística, que alertan de la destrucción de los fragmentos que quedan de esta obra románica si se tocan.

Así, en las memorias de Monreal, este narra cómo el arquitecto Josep Maria Gudiol, responsable de arrancar los restos de las pinturas del monasterio poco después del incendio del edificio al inicio de la Guerra Civil, trató de que la obra fuera entregada de vuelta a Aragón después de la contienda. Monreal escribe que “se me presentó [Gudiol] y me hizo una proposición. Las pinturas podrían ser entregadas, por ejemplo al Museo de Zaragoza, pero el coste del trabajo que faltaba para terminar la restauración ascendía a unas 6.000 pesetas, que habrían de ser abonadas, además de que el museo contase con la conformidad de las monjas de Sijena, a quienes probablemente se debería dar una compensación. Transmití la propuesta a mi buen amigo don José Galiay, director del museo zaragozano, pero este se asustó del compromiso económico que aquello suponía y declinó la oferta”. Además, La Vanguardia comprobó cómo el patronato del Museo de Zaragoza debatió esta propuesta “de la comisaría de recuperación artística” sobre “las pinturas murales de la sala capitular del monasterio de Sijena” en la sesión del 26 de enero de 1941. El acta, transcrita en unos anales en 2003, sigue diciendo que las pinturas fueron “levantadas por los rojos tras el incendio”. El patronato del museo aragonés calculó que “el precio de los trabajos de colocación de las pinturas en bastidores especiales, fijado y operaciones consiguientes, asciende a unas 30.000 pesetas” y juzgó “de gran interés para el museo la adquisición”. Cabe destacar que el presupuesto para toda la pinacoteca zaragozana aquel 1941 ascendía a 20.650 pesetas. Pues bien, seis meses después, en la sesión del patronato del 6 de julio de 1941, el museo reveló que, tras enviar cartas a corporaciones y entidades bancarias aragonesas rogándoles que contribuyeran con alguna cantidad a este proyecto de recuperación de las pinturas, solo había conseguido recaudar 20.000 pesetas. El director denunció incluso “la negativa” de la alcaldía de Zaragoza y “el silencio” del Banco de Aragón ante la campaña de recaudación. Más de 80 años después, aquel desisterés contrasta con el actual empeño más político que artístico en recuperar este patrimonio aragonés.

“No han dicho qué harán cuando lleguen las pinturas”

El historiador del arte y profesor de la UdL Albert Velasco lamentó ayer que “desde el gobierno aragonés no han explicado exactamente qué harán con las pinturas cuando las trasladen a Sijena”. Velasco criticó que “no tienen un proyecto técnico y científico sobre qué hacer con ellas porque lo más importante no es el embalaje y el traslado sino cómo ‘vivirán’ estas pinturas en aquel edificio durante los próximos años”. Y es que Velasco se remitió a las declaraciones del domingo en Radio Huesca del abogado del ayuntamiento de Villanueva de Sijena, Jorge Español, cuando este reconoció que el monasterio no es un museo y que “deberá convertirse en un museo de facto”. Español afirmó que “el MNAC, como ve que no tenemos proyecto o no cree en el proyecto que ha presentado el gobierno de Aragón, se escuda en eso..., en el fondo lo que están diciendo no es tanto que no se puedan trasladar las pinturas sino que están mejor en Barcelona que en Sijena”. Velasco recordó un precedente negativo, cuando el año 2000 trasladaron a la ermita de San Baudilio de Berlanga, en Soria, unas pinturas (que no habían sufrido un incendio como el de Sijena) y “en 2011 sufrieron pérdidas y una colonia de hongos”.

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