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CONSUMO

Pueblos con velatorio ‘low cost’

Los ayuntamientos se lanzan a construir tanatorios para aliviar el duelo económico derivado del negocio funerario. Los vecinos pagan precios simbólicos por un servicio de 1.000 € en la ciudad

Las funerarias ofrecen en Lleida servicios sin velatorio por 1.800 € y ofertas ‘premium’ de 4.600.

Las funerarias ofrecen en Lleida servicios sin velatorio por 1.800 € y ofertas ‘premium’ de 4.600.

Lleida

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En los pueblos se empieza, además de a vivir, a morir mejor que en las ciudades; o, cuando menos, a hacerlo con menos gastos. Decenas de ayuntamientos de la demarcación de Lleida se han lanzado a construir salas de velatorio y tanatorios locales que permiten ofrecer a sus vecinos a bajo coste, a menudo con un precio testimonial, un servicio que resulta especialmente caro en las ciudades y en las cabeceras de comarca, donde tienen sus sedes las funerarias.

“Se trata de dar servicios al pueblo. Hay un precio simbólico de 50 euros por el uso de la sala, por todo el servicio”, explica la alcaldesa de Les Avellanes i Santa Linya, Lidia Ber. En Vilanova de la Sal hay sala de vela desde hace cuatro años y en Tartareu desde hace más de dos. Ahora está en proyecto la de Santa Linya y después vendrá la de Les Avellanes, con lo que los cuatro núcleos del municipio, de 430 habitantes, dispondrán de ese servicio.

La ausencia de las salas obligaba a los vecinos a desplazarse hasta Balaguer, a más de 20 km, para velar a los difuntos y a hacerlo en los locales de las funerarias, una situación extendida en las zonas rurales y que requiere desplazamientos más largos en las áreas de montaña.

En L’Espluga Calba disponen de velatorio municipal desde hace más de una década. “La muerte, por desgracia, se ha convertido en un negocio que gestionan unas empresas que se han repartido el territorio”, señala Lluís Amat, concejal de Promoción Económica.

Ayuntamientos como el de La Pobla de Segur cobran a las familias de los difuntos 200 € por las primeras cuatro horas de uso de la sala y 50 por cada una de las siguientes.

En los últimos cinco años, desde la pandemia, una veintena de municipios de Lleida, casi uno de cada diez, han abierto, ampliado o reformado salas de velatorio con precios asequibles para sus vecinos: Bellaguarda, Bellver de Cerdanya, Bovera, El Soleràs, Fulleda, Juneda, L’Albagés, La Pobla de Cérvoles, La Pobla de Segur, Massalcoreig, Preixana, Rosselló, Sanaüja, Sarroca, Sunyer, Térmens, Torà y Torrefarrera, además de los L’Espluga y Les Avellanes.

¿Se puede velar a un difunto en una casa particular?

La legislación, en este caso el reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria, no pone ningún impedimento para velar a un difunto en un domicilio particular. Lo que sí establece esa norma, vigente en Catalunya desde finales de 1997, son condiciones para utilizar una vivienda particular como “domicilio mortuorio”, que es el tecnicismo con el que se denomina al lugar en el que tiene lugar la vela del fallecido y que, en cualquier caso, debe ser “señalado por parte del familiar presente más cercano al difunto”. El reglamento establece que “cuando la vela de un difunto se realice en un domicilio particular deben adoptarse las medidas higiénico-sanitarias adecuadas en función de las circunstancias climatológicas y del resto de características concurrentes en cada caso”. Las dos principales condiciones consisten en disponer de un féretro en condiciones y de que este garantice la conservación del cadáver a menos de 4º durante la vela, algo de lo que debe encargarse la funeraria a la que necesariamente debe recurrir la familia para trasladar el cuerpo desde el hospital donde se produce el fallecimiento hasta la casa, ya que solo esas empresas pueden prestar ese servicio. Previamente debe disponerse de un certificado de defunción, expedido por un médico. Fuentes municipales recomiendan contactar con el ayuntamiento del lugar antes de organizar un velatorio en una vivienda para conocer las particularidades de la reglamentación local. El reglamento también establece las condiciones de gratuidad de los servicios funerarios: deben prestarse a quienes carezcan de “medios económicos propios y suficientes” para pagarlos (además de por orden judicial) y deben incluir el féretro, el “mínimo acondicionamiento estético”, la vestimenta y el cuidado sanitario del cadáver y el transporte en el municipio.

“En la práctica es un servicio cautivo en el que no puedes escoger”

La legislación sobre servicios fúnebres habilita a los ciudadanos para elegir qué empresa funeraria les presta el servicio de traslado y el resto de los componentes de un funeral, aunque en la práctica, en ocasiones con la intervención del personal de los centros sanitarios en los que se producen los fallecimientos, esa opción no se da. “El problema de fondo es que hay empresas que llevan zonas y que facturan por mover los cadáveres en su territorio”, explica Lluís Amat, concejal de Promoción Económica de L’Espluga Calba. “En la práctica es un servicio cautivo en el que no puedes escoger”, añade. Ocurre algo similar con servicios como la cremación, para cuyo desarrollo tampoco impone ninguna limitación de carácter geográfico.

Las tarifas con cremación y vela rondan los 4.000 euros en Lleida

Las funerarias de Lleida ofrecen por 1.795 un funeral sin velatorio, que se encarece en otros mil si se opta por la incineración. El precio de la sala de vela no baja de mil euros, extras como las coronas al margen, y la misa sale por unos 200. Las ofertas premium, con sepultura o cremación, ceremonia y velatorio se van a 4.600. Un estudio de Unespa situaba a Lleida como la cuarta demarcación del Estado donde los funerales salen más caros, solo por detrás de Girona, Madrid y Barcelona. Los precios, que rondan los 4.000 € de media, llegaban a superar en más de un 19% la media estatal.

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