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LLEIDA

Urbanismo vetará molinos de viento a menos de 1,2 kilómetros de 88 miradores de Lleida

La comisión de Territorio de Catalunya establece criterios para proteger paisajes considerados emblemáticos

Instará a los promotores de centrales eólicas a instalarlas al menos a un kilómetro de viviendas

Imatge d’arxiu de molins de vent entre les comarques del Segrià i les Garrigues.

Imagen de archivo de molinos de viento entre las comarcas del Segrià y Les Garrigues. - GERARD HOYAS

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La Generalitat vetará la construcción de nuevos molinos de viento a menos de 1,2 kilómetros de 88 miradores de las comarcas de Lleida. Son los que constan en los catálogos del paisaje, documentos para la planificación urbanística que la administración catalana aprobó entre 2008 y 2016. Muchos de ellos se encuentran en lugares emblemáticos como el Turó de la Seu Vella y el del Sant Crist de Balaguer, el Port d’Àger, el Estany d’Ivars i Vila-sana, el Castell de L’Albi o la estación de Sant Llorenç, entre otros.

Este es uno de los criterios para la implantación de centrales eólicas que ha fijado la Comisión de Territorio de Catalunya. El documento, aprobado la semana pasada y ya en vigor, establece también que los aerogeneradores deberán instalarse al menos a dos kilómetros de distancia de algunos paisajes considerados emblemáticos.El director general de Ordenación del Territorio y Urbanismo, Agustí Serra, explicó ayer que estos criterios pretenden “favorecer la integración paisajística de los parques eólicos”. De acuerdo con ellos, la Generalitat instará a los promotores de molinos de viento a instalarlos al menos a un kilómetro de viviendas. Esta era la distancia mínima que establecía la normativa catalana hasta finales de 2021, cuando se redujo a solo 500 metros. Este límite legal seguirá en vigor, pero Serra apuntó que, en cualquier caso, “exigiremos que los proyectos de parques eólicos se integren en el paisaje de su entorno”, lo que incluye apartarlos en lo posible de zonas habitadas.

La Generalitat distinguirá también entre la apertura de caminos para la construcción de parques eólicos y su uso posterior para el mantenimiento de las instalaciones. Esto significa que los promotores deberán reducir el ancho de estas vías una vez finalicen las obras y restaurar el paisaje original a su alrededor. También se dará prioridad a los proyectos previstos en zonas próximas a líneas eléctricas para limitar la construcción de otras nuevas.

Estos criterios no tienen rango normativo. Sin embargo, Serra puntualizó que la legislación catalana otorga a la Comisión de Territorio la potestad de decidir cómo debe interpretarse la normativa urbanística. “Estos criterios sirven de orientación para promotores que proyectan parques eólicos, y también a la administración a la hora de evaluarlos”, dijo el director general, que apuntó que esto ha dado buen resultado para regular las centrales solares.

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