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AGRICULTURA

El IRTA advierte de los estragos de una “nueva” plaga en cereales

Presenta variedades adaptadas a la zona de regadíos tradicionales de Lleida|| La cebada híbrida puede incrementar hasta un 15% la producción en las fincas

Imagen de archivo de la cosecha de un campo de cebada.

Imagen de archivo de la cosecha de un campo de cebada.

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El Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) advierte de los estragos que puede causar la “roya amarilla”, un problema de hongos en las fincas de trigo que, en los casos más graves puede llegar a arruinar el 80% de la producción de las fincas afectadas. Así lo explicó ayer el investigador del IRTA Antoni López en la jornada titulada Conreus de cereals d’hivern en regadiu organizada ayer en Bell-lloc d’Urgell por la conselleria de Agricultura y la Cooperativa del Camp Sant Miquel. López explicó que había problemas recurrentes, cada 10 o 15 años, con la “roya”, pero en ahora se han disparado los provocados por la “roya amarilla”, proveniente del centro del Europa y para el que los trigos que se plantan en Lleida no tienen resistencia.

En esta línea, el Institut de Recerca presentó análisis de variedades que se pueden adaptar a la zona de los regadíos tradicionales de Lleida y que sí presentan resistencia a este problema fúngico. Su plantación presenta dos beneficios. Permite reducir los tratamientos contra este hongo y, con ello, bajar los costes de producción.

El rendimiento en cebada, con las nuevas variedades, ha aumentado un 17% en una década

También se analizaron a lo largo de la jornada variedades que pueden responder mejor a los problemas de “entamado”, cuando derivado de rachas de fuerte viento o tormentas las plantas se caen. López dijo que existen variedades que responden mejor ante estas eventualidades y también presentan menos problemas de podredumbre.

En el caso de la cebada, se presentaron datos sobre las variedades híbridas. En la zona regable de Lleida se puede conseguir incrementos de producción de entre un 10 y un 15% utilizando estas variedades. Sin embargo, como contrapartida, la semilla es más cara para el agricultor, que no puede multiplicarla sino que la tiene que comprar cada año. Estos factores, en especial el de no poder hacer su propia semilla, provoca reticencias en los productores, según explicó el investigador del IRTA. Las variedades híbridas, al mismo tiempo, fuerzan a manejo diferente de las explotaciones dado que genera plantas más altas y cuenta también con ciclos más largos.

En cuanto a las ventajas de la investigación y las nuevas variedades en el mercado, Antoni López destacó que en una década, en concreto entre 1998 y 2008, el rendimiento por hectárea en cebada se ha incrementado en torno a un 17 por ciento, según demuestran los estudios al respecto.

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