Más de 25 centímetros que afianzan pistas a la espera de abrir el resto

Las nevadas llegaron desde el norte y cayeron como el maná en la mayoría de estaciones de esquí de Lleida. Llevaban esperándolas desde finales de noviembre y, desde entonces, habían salvado el difícil inicio de la temporada gracias a la innivación artificial y a trabajos para trasladar y distribuir la nieve disponible. Los dominios esquiables recibieron ayer entre cuatro y 25 centímetros de nieve a excepción de Port del Comte, que no se benefició de estas primeras precipitaciones. Unos espesores que permiten afianzar las pistas ya abiertas hasta ahora, a la espera de poder abrir más en los próximos días.

Baqueira acumuló ayer los espesores más importantes, de más de 25 centímetros. La estación aranesa, que llegó a trasladar la nieve con camiones y helicópteros para lograr abrir más de 90 kilómetros de pistas en la campaña de Navidad, confía ahora en poder extender la superficie esquiable para el próximo fin de semana.

Boí Taüll, la única estación con todas las pistas abiertas, ganó entre cinco y 10 centímetros de nieve para “consolidar y alargar la temporada”. En el Pallars Sobirà, Port Ainé sumó cuatro centímetros más de nieve y Espot Esquí llegó a los doce. FGC, titular de ambas, esperará unos días antes de abordar la apertura de nuevas pistas. En Tavascan, que aún no ha estrenado la temporada, cayeron 15 centímetros, si bien la estación de Lladorre necesita alcanzar los 40 para poder abrir. También nevó en las de esquí nórdico y solo el viento es motivo de preocupación (ver desglose).