SEGRE

TRAS LA TORMENTA MARTES NEGRO EN LES GARRIGUES Y EL PLA

Cuando ruge el agua

Les Garrigues y el Pla pasaron en vilo la noche del martes y vieron atónitos como las inundaciones destrozaban fincas, coches y animales || La ola de solidaridad en los pueblos afectados es el único apunte positivo del temporal, que devastó la misma zona que la ‘rubinada’ de hace dos siglos

Trabajos de limpieza en L’Albi la mañana del miércoles, tras el temporal que inundó las calles el pueblo.

Trabajos de limpieza en L’Albi la mañana del miércoles, tras el temporal que inundó las calles el pueblo.MAITE MONNÉ

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En 1874, la gran ‘rubinada’ de Santa Tecla devastó gran parte de Les Garrigues y el Urgell y dos siglos más tarde, la historia se repite. La noche del 22 de octubre de 2019 será recordada como la madrugada en la que rugió el agua en Les Garrigues y el Pla d’Urgell. Las calles de varios municipios se convirtieron en ríos y el agua inundó casas y se llevó por delante en solo una hora parte del esfuerzo de toda una vida de muchos de los vecinos de estas dos comarcas. Casas inundadas, vías llenas de barro, campos anegados y coches desaparecidos es solo el primer balance de daños, a la espera de poder entrar en las fincas para valorar los desperfectos que provocó la gota fría, que se calculan por millones. Si bien es cierto que el martes cayeron casi 300 litros por metro cuadrado en Les Garrigues, la avenida del agua llegó al Pla d’Urgell alrededor de las 05.00 o 06.00 horas del miércoles y se sumó a las precipitaciones acumuladas durante la tarde y parte de la noche.

Solo el rugir del agua corriendo por las calles ya vaticinaba la gravedad de los destrozos, que dejaron un paisaje desolador con pueblos llenos de barro, maleza y enseres varios. A pesar de la virulencia del agua, que llegó a los tres metros de altura, los afectados salieron de sus casas para rescatar a sus mascotas, ganado o para ayudar a sus allegados. Incrédulos de la situación en la que se encontraban, algunos intentaron refugiarse en tejados o buhardillas y otros observaban atónitos cómo la naturaleza arrasaba todo lo que se encontraba por delante. El temporal destrozó puentes, vías y carreteras, inutilizó servicios básicos como el agua o las telecomunicaciones y aisló pueblos durante horas.

Durante el temporal, en Les Garrigues cayeron en menos de 24 horas casi 300 litros por metro cuadrado

A la espera de las subvenciones para reparar todos los desperfectos y, en algunos casos, volver a comenzar de cero, el único aspecto positivo que deja esta gota fría es la ola de solidaridad que han vivido los municipios afectados. Muchos han sido los voluntarios que han salido a limpiar y adecentar casas y calles llenas de barro, para intentar recuperar la normalidad lo antes posible.

A pesar de los destrozos, en Lleida no hay que lamentar víctimas mortales como en el caso de la Conca de Barberà, donde aún se está buscando a cuatro desaparecidos (ver página 21).

Trabajos de limpieza en L’Albi la mañana del miércoles, tras el temporal que inundó las calles el pueblo.

Trabajos de limpieza en L’Albi la mañana del miércoles, tras el temporal que inundó las calles el pueblo.MAITE MONNÉ

Trabajos de limpieza en L’Albi la mañana del miércoles, tras el temporal que inundó las calles el pueblo.

Trabajos de limpieza en L’Albi la mañana del miércoles, tras el temporal que inundó las calles el pueblo.MAITE MONNÉ

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