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PRISIONES PETICIONES INSÓLITAS

El caso del fugitivo que prefiere estar en la prisión antes de que en la calle

Un acusado hizo esta propuesta en un juicio “para poder pasar el invierno” entre rejas || Media docena de 'reclusos voluntarios' en los últimos años en Ponent

El fugitivo llamó desde la calle Lluís Companys para entregarse.

El fugitivo llamó desde la calle Lluís Companys para entregarse.JORDI ECJEVARRIA

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El caso del fugitivo que el pasado miércoles llamó al 112 para pedir a los Mossos que le detuvieran porque prefería estar en la cárcel antes que en la calle, del que informó este diario ayer, es menos infrecuente de lo que parece.

En la cárcel de Lleida ha habido media docena de reclusos voluntarios en los últimos años, según explicaron ayer fuentes penitenciarias. En uno de los casos un interno fue juzgado en el Canyeret y el magistrado dictó sentencia in voce (en el mismo juicio) y le condenó a 2 meses de prisión.

“Señor juez”, dijo el acusado; “¿podría usted condenarme a otros dos meses para poder pasar el invierno en la cárcel?”. La inesperada propuesta del recién condenado sorprendió a un numeroso grupo de estudiantes de Derecho que se encontraban en la sala siguiendo una actividad académica. Aunque la pregunta fue sorprendente, este tipo de peticiones son conocidas por las personas que trabajan en las penitenciarías. Algunos internos apenas tienen recursos en la calle y se han acostumbrado a la vida entre rejas, en la que se sienten más cómodos que en libertad.

En el penal pueden trabajar en los talleres productivos, en los que reciben un modesto sueldo que pueden gastar en el economato. Pese a que lo que ganan en este trabajo es poco, el solo hecho de poder trabajar es inconcebible para algunos internos fuera de prisión. Además, disponen de medicamentos, pueden hacer actividades en el patio o en la biblioteca, tienen resuelta la manutención, cuentan con un sólido círculo de amistades entre los internos y los funcionarios...

Todas estas circunstancias las pierden si acceden a la libertad, por lo que muchos de ellos cometen delitos a las pocas semanas de ser excarcelados que les llevan de nuevo a la prisión. ¿Los cometen porque no tienen medios para subsistir en la calle? Probablemente, pero también es posible que algunos lo hagan para recuperar una vida entre rejas que les resulta más atractiva que la libertad.

No todo el mundo tiene ‘derecho’ a estar en una penitenciaría

No todo el mundo tiene derecho a estar en una cárcel.

Un preso indultado, por ejemplo, tiene que abandonar la penitenciaría aunque rechace el indulto. Sin una orden judicial, nadie puede estar en prisión.

El fugitivo que el pasado miércoles pidió el teléfono a un transeúnte en la calle Lluís Companys para llamar al 112 y pedir que le detuvieran pudo acreditar una orden de búsqueda y captura.

Otras personas tienen que trabajárselo más para ingresar en una cárcel. Es el caso de un atracador que le dijo a una dependienta de Lleida que la amenazaba con una navaja porque, si no le enseñaba un arma, no le encarcelaban.

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