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¿Qué se habla en la Franja?

La presencia o ausencia del catalán en municipios al oeste de Lleida tiene su origen en las repoblaciones

La expansión de los condados de Ribagorza, Pallars, Urgell y Barcelona o la tendencia castellanizante iniciada por los reyes católicos, hitos de la configuración de esa cultura

300 persones van reivindicar al febrer la parla de les tres llengües d’Aragó coincidint amb els 40 anys de la Declaració de Mequinensa.

300 personas reivindicaron en febrero el habla de las tres lenguas de Aragón coindiciendo con los 40 años de la Declaración de Mequinensa. - ACN

Lleida

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Por qué se habla como se habla en cada uno de los pueblos y ciudades de la Franja de Ponent? ¿A qué se deben los ricos mestizajes entre castellano, catalán y aragonés que se dan en unos lugares o la ausencia de rastros de alguna de las dos últimas lenguas en otros?

Los motivos son históricos, de la historia de unas instituciones que llegaron a situar a Monzón en Catalunya y a Almacelles en Aragón (y viceversa) y de la socioeconómica de un territorio con evidentes lazos a ambas orillas del Cinca, el Noguera Ribagorçana y la Clamor Amarga, que se han venido desarrollando a lo largo de casi trece siglos con una influencia entre tangencial e irrelevante de los actuales límites administrativos entre municipios, provincias y comunidades autónomas.“Las lenguas románicas se van configurando a partir del siglo VIII, cuando el latín vulgar se comienza a identificar con las lenguas romances”, explica Javier Giralt, doctor en Filología Hispánica, profesor en la Universidad de Zaragoza y presidente de la Academia Aragonesa de la Lengua, quien anota además que “es evidente que en todo el territorio de la Franja se habla catalán”.

Y, a partir de ahí, todo tiene que ver con el desarrollo de la llamada Reconquista, es decir, con la expansión de los condados de Ribagorça, Pallars, Urgell y Barcelona, después del Reino de Aragón y más tarde de la Corona que englobó todos esos territorios, y con las relaciones sociales y económicas entre sus habitantes.De norte a sur, la primera zona lingüística es la que engloba el valle del Isábena y a su sureste, las poblaciones literanas de San Esteban, Azanuy y Calasanz y, en menor medida, Peralta y Gabasa. “Los lingüistas coincidimos en que se trata de una zona con base de catalán, mucha aportación del aragonés y algo del ribagorzano” que se identifica como “una zona de transición lingüística del aragonés al catalán”.La línea que marcan Calasanz, Gabasa y Estopiñán era la del límite norte de Al-Ándalus en el siglo XII, es decir, un área estabilizada prácticamente desde el siglo VIII y cuyos habitantes no fueron objeto de deportación ni sus tierras de repoblación desde entonces. El sur cambia de señores a partir del XII, a partir de Alfons el Batallador.Hacia el sur, a esa zona le sigue otra de mayor presencia del catalán que acaba en Altorricó, continúa con otra en la que predomina el castellano y que se prolonga hasta Saidí, donde la continuidad del catalán se mantiene ya hasta el Matarranya turolense, conquistado por la Corona de Aragón en 1164, con Alfons II, hijo de Ramon Berenguer IV y de Peronella I, como primer rey de la Corona.

300 persones van reivindicar al febrer la parla de les tres llengües d’Aragó coincidint amb els 40 anys de la Declaració de Mequinensa.

La denominació de la llengua a la Franja és motiu de disputa política però no acadèmica. - ACN

La razón de esa discontinuidad lingüística en el eje norte-sur, que se extiende por Binéfar, Esplús y Vencillón en la Llitera; Binaced, Albalate y Alcolea en el Cinca Medio y Belver, Osso, Chalamera, Ballobar y Velilla en el Baix Cinca, y que no tiene reflejo en su proyección este-oeste, donde el catalán es la lengua predominante, hay que buscarla en las repoblaciones.“Donde se habla catalán es porque se repobló fundamentalmente con gente que lo hablaba”, explica Giralt, mientras que la actual cuña castellanoparlante, habitada por mozárabes que hablaban esa lengua y el árabe, “fue repoblada en la edad media con gente que básicamente hablaba aragonés, que acabó siendo asimilado por el castellano, aunque con mucho léxico del aragonés”.

¿Y por qué la evolución fue tan distinta al sur de la línea Peralta-Estopiñán? “Al ser una zona repoblada no se dio la transición que sí hubo en la zona de Roda y donde, al haber sido más temprana, pudo resistir más”, indica el lingüista.¿Y cual fue la diferencia en el eje occidental-oriental y al sur de Saidí? “Al este hay un territorio catalanoparlante que sostiene el idioma, algo que ha ocurrido hasta hace unas décadas. Y las relaciones (socioeconómicas de las gentes de la Franja) se mantenían con las de su zona oriental, y eso es lo que ha permitido la pervivencia”.

Entrado el siglo XII las tres zonas estaban ya asentadas, aunque su evolución sería distinta. “En la Corona se hablaban las dos lenguas, el catalán y el aragonés”, y “la comprensión entre quienes hablaban una y otra era total”, señala Giralt, quien apunta que, “a mediados del XII el castellano comienza a penetrar. Hasta mediados del XV el aragonés se mantenía vivo en las zonas donde se asentó gente que lo hablaba, aunque probablemente sería un aragonés difuminado, con influencias del castellano”.La asimilación se intensifica en la ‘cuña’ a partir de 1412, cuando el castellano Ferran de Trastàmara resulta elegido rey de la Corona de Aragón en el turbulento compromiso de Caspe tras la muerte sin descendencia de Martí I l‘Humà, el último rey de la Casa de Aragón fundada con Alfons II. Bajo su mandato se intensificaría la introducción del castellano como idioma oficial, en un proceso que se forjaría a partir de los Reyes Católicos y que acabaría derivando en el actual mosaico lingüístico de las comarcas oscenses que lindan con Lleida.

El abandono de Binéfar con la Guerra dels Segadors

Los abandonos, deportaciones y repoblaciones de lugares de la Franja no terminaron con la Edad Media. Binéfar, entonces de unos 300 habitantes, quedó despoblada entre 1640 y 1650 aproximadamente como consecuencia de la virulencia de los combates que se libraron en la zona durante la Guerra dels Segadors. “Se pone en duda qué se habló antes en Binéfar, que probablemente sería algo similar a lo que se hablaba en San Esteban”, explica el lingüista Javier Giralt, quien apunta que la posterior repoblación “pudo motivar que a partir del siglo XVII se hablara e Binéfar castellano con influencia del aragonés, pero no lo que se hablaba antes”. También se despoblaron en esa época Vencillón, Algayón y, probablemente, Esplús, donde no hay rastro de apellidos anteriores a esos años.

“En Monzón no hubo abandonos ni repoblación”, dicen los expertos

Monzón pasó a formar parte del reino de Aragón en 1089, tras su conquista por las tropas de Sancho Ramírez, para albergar dos siglos después las primeras cortes generales de la Corona. “Monzón era un centro importante de la historia de Aragón, y no hubo abandonos ni repoblaciones”, señala Giralt, que afectaran a sus usos lingüísticos. Repoblado con gente de habla aragonesa, allí se dio el mismo proceso de asimilación del castellano que en el conjunto de la Franja, sobre cuya pertenencia nunca hubo un criterio unánime. Lo cierto es que formó parte de Catalunya desde que Jaime I decidió en 1244 situar en el Cinca la frontera con Aragón hasta que Jaime II la trasladó al Noguera Ribagorçana en 1300. Veintidós años después, la Clamor Amarga pasaría a ser la linde entre el final de ese río y el tramo bajo del Cinca en Saidí.

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