AGUA
El Canal d’Urgell pide aumentar la dotación en una parte del Principal por insuficiente
Un estudio concluye que los cultivos no son viables en un área de 2.000 ha con menos de 9.000 m3 por campaña. La CHE propone recortar un 15,5% la asignación oficial y un 22% la real previa a la sequía

Operarios contratados por ASG colocan esta semana las plataformas que sustentarán las placas. - ASG
El Canal d’Urgell ha pedido a la CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro) un aumento de las dotaciones para el riego en una amplia zona del canal Principal que, según concluye un estudio del IRTA (Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentària), necesita más agua de la que le corresponde de manera oficial para que los cultivos puedan salir adelante.
El Canal d’Urgell tiene, por concesión, derecho a una dotación de 9.000 m3/ha al año, que el vigente PHE (Plan Hidrológico del Ebro) recorta a 8.923. En la práctica recibió desde el Segre y el Pallaresa durante las cinco campañas previas a la sequía un promedio de 9.833, según los documentos iniciales del nuevo PHE 2027-2033.
El estudio del IRTA concluye que en esa zona del canal principal, de unas 2.000 ha, los cultivos no son viables con esos volúmenes de agua. “Las necesidades reales son superiores a la dotación actual”, señaló el presidente del canal, Amadeu Ros, que reclamó al organismo de cuenca que, si no es posible elevar la asignación de recursos para ese área, “al menos no disminuya hasta que esté modernizado” el sistema. El estudio del IRTA concluye que esa zona necesita en torno 9.200 m3/ha al cabo del año para garantizar la viabilidad de los cultivos.
La CHE, por su parte, plantea que en 2033, al final de la fase de planificación hidrológica que ahora comienza y que se activaría en 2027, el volumen suministrado desde los embalses al canal sea de 7.604 m3/ha/año. Eso supone un recorte del 15,52% sobre la concesión oficial, del 14,79% sobre la que contempla el PHE y del 22,67% sobre el caudal realmente suministrado antes de la sequía, en las campañas de de 2016-2017 a 2020-2021. El recorte se calcula sobre el suministro en alta, es decir, sobre el agua que sale de los embalses y llega a las parcelas por las acequias de las colectividades. Después de regar, la eficiencia del sistema se queda en el 61,2%; es decir, que la explotación no se beneficia del 38,9% del agua que sale del pantano.
Esa reducida tasa de aprovechamiento sitúa al Urgell al nivel de algunos regadíos tradicionales como el canal Imperial o los de Lodosa y Tauste, cuya eficiencia solo supera la de Pinyana (60,1%). Incrementar el aprovechamiento depende de la mejora de la eficiencia que el canal logre en esos ocho años, un proceso que queda vinculado al de modernización de la red de distribución de agua.
La primera planta solar flotante, lista en junio
La adjudicataria de la Generalitat para la construcción y la gestión del Segarra-Garrigues está instalando las plataformas que aguantarán las placas de la primera planta solar flotante de Lleida, que se construye en una balsa de regadío de Alfés.
El proyecto contempla una inversión de unos 2 millones de euros y la instalación de 3.500 módulos fotovoltaicos en 6.262 estructuras flotantes. Tendrá una potencia nominal de 2.195 KWn. Esta es la primera de las tres instalaciones que la empresa tiene previsto construir en otras tantas balsas (las otras, en Alcanó y Oliola). La energía producida por la nueva planta, que estará lista en junio, servirá en primer término para amortizar la obra y a medio plazo, para abaratar el coste energético para los regantes.