AGUAS
El Canal d’Urgell descarta aplazar la votación sobre la modernización
La comunidad de regantes busca ayudas para todos los partícipes para adecuar el interior de las parcelas. Está previsto votar la última semana de octubre

Miembros de la junta del canal explicando el proyecto de modernización el martes en Miralcamp. - E. FARNELL
La comunidad de regantes del Canal d'Urgell descarta aplazar la votación sobre la modernización del canal y está previsto que en la asamblea general de la última semana de octubre se decida el apoyo al proyecto. El presidente de los regantes, Amadeu Ros, insistió en que se están buscando soluciones financieras para abordar el amueblamiento de las fincas. “Este es el único escollo que está aún por cerrar y por el que estamos trabajando intensamente desde hace semanas”, dijo, un día después de una tensa reunión informativa en Miralcamp, en la que varios regantes cuestionaron el coste del proyecto. Ros aseguró que “se deben conseguir ayudas para todos los partícipes del canal”, tanto para propietarios como para arrendatarios de fincas, dijo. En cuanto al calendario de votación aseguró que hace años que “se está trabajando, los agricultores son conocedores del proyecto y es necesario para poder iniciar las obras el año que viene”. Esta es la previsión de la conselleria de Agricultura para poder abordar el proyecto en las primeras 11.000 hectáreas (de 75.000). El coste de las obras de modernización será de 991 millones, unos 2.300 euros por hectárea para el regante, a los que hay que sumar 400 millones de euros en que se cifra la adecuación del interior de las parcelas.
La falta de financiación para adecuar el interior de las fincas fue una las cuestiones que más se plantearon en la reunión, a la que asistieron unas 300 personas. El canal tiene unas 50.000 hectáreas que no son gestionadas por “agricultores profesionales”, aseguraron, que de momento han quedado sin ayudas y tendrán más dificultades para asumir el coste que representa la modernización y el amueblamiento de las parcelas.
Varios usuarios propusieron que sea la Casa Canal la que avance la inversión y repercuta luego el coste en la factura del agua, un modelo que consideraron “más viable”. Así lo pidió Antoni Pinyol, agricultor de Bell-lloc d’Urgell de 60 años que asistió a la reunión y se mostró a favor de la modernización. En su caso, sin relevo generacional, apuntó la dificultad de acceder a un crédito de 30 años para pagar el amueblamiento de las fincas.