Arte entre la verdad y la mentira

Una inmersión profunda a través del arte en el laberinto de la verdad y la mentira en el mundo actual. Este es el planteamiento trabajado a lo largo del curso por los alumnos de 2º de Bachillerato Artístico del Col·legi Espiscopal de Lleida. Y el resultado podrá verse en público a partir de hoy (19.00 h) en el Espai iX del Institut d’Estudis Ilerdencs. Desde el pasado lunes, la veintena de alumnos que cursan esta especialidad en el Episcopal están montando con ilusión esta exposición, bajo la atenta guía de su profesora, Eva Salas, y la ayuda del responsable de arte de la institución, Anselm Ros. Salas recordó que “ya será el tercer año que exponemos en el IEI”, una experiencia de contacto con el público “muy positiva” para los estudiantes. En esta ocasión, la exposición se titula Veritablement mentida y podrá visitarse hasta el 16 de junio. “En el momento actual en la que la línea entre lo que es real y lo que es fabricado y manipulado se difumina cada vez más, queríamos hacer un llamamiento a que el público reflexione a través de obras de arte en técnicas tan diversas como el collage, la escultura, el videoarte, la fotografía o la ilustración”, comentó Salas.

Maria Tarazaga, de Torrefarrera, una de las alumnas que ayer le ‘tocó’ colgar su obra, explicó que In-just (que puede verse en primer plano en la fotografía) reflexiona sobre “cómo de frágil es la balanza de la justicia, que puede inclinarse hacia un lado o hacia otro de forma muy fácil”, como el visitante podrá comprobar en esta pieza de aluminio dotada de un pequeño motor eléctrico que impulsa el movimiento. A su lado, Gina Castro, de Balaguer, estaba colocando las máscaras semitransparente Tu, jo i tots, elaboradas con un derivado del vidrio en un horno especial, con las que “las personas pueden ocultar su rostro y no revelarse tal como son en realidad”. Marc Sol, también de Balaguer, estaba ultimando la instalación Nexe, una red en forma de tela de araña para reflexionar sobre “lo que hay de verdad detrás de las redes sociales”, mientras que Júlia Manresa, de Les Borges Blanques, eligió el plástico y el látex para moldear la escultura El patró, con la que “cuestiono los actuales estándards de belleza y la percepción del cuerpo humano”. Por su parte, Mar Ortega, de Lleida, se decantó por el dibujo en la pieza Ceci n’est pas la vérité, en el que “el texto que acompaña a cada una de las 8 imágenes dice lo contrario de lo que podemos ver”.