Esconder la fe: el tesoro morisco descubierto a Seròs es testimonio de la resistencia islámica en el Baix Segre
El conjunto de objetos religiosos islámicos, escondido durante 450 años detrás de una pared, revela las estrategias de supervivencia cultural de los moriscos en el Baix Segre

Conjunto de objetos que forman la llamada Ocultación de Seròs.
Un extraordinario conjunto de objetos religiosos islámicos, ocultos durante casi cinco siglos, sigue despertando el interés arqueológico e histórico desde que estuvo descubierto el año 1985 en Seròs, en el Baix Segre. El tesoro muestra las estrategias de supervivencia cultural que la comunidad morisca desarrolló ante la persecución religiosa que sufrían. Los objetos, escondidos detrás de una pared para evitar represalias, ofrecen un testigo presencial de la resistencia silenciosa de esta comunidad que, a pesar de la conversión forzada al cristianismo, seguía practicando en secreto su fe islámica.
El descubrimiento se produjo durante los trabajos de derribo de una casa antigua en la localidad leridana, cuando los operarios chocaron con un escondite que había permanecido intacto desde el siglo XVI. Los objetos aparecieron exactamente en el mismo lugar donde su propietario los había dejado hace aproximadamente 450 años, en un contexto histórico marcado por la constante presión sobre la población morisca. Este acoso culminó con la expulsión definitiva de este colectivo al principio del siglo XVII, un hecho que provocó una profunda conmoción demográfica y económica en el territorio del Baix Segre, donde la población morisca era mayoritaria.
Un tesoro que explica la historia de la persecución religiosa
El conjunto de objetos descubierto constituye un testimonio arqueológico de gran valor que documenta las prácticas religiosas clandestinas de los moriscos. Entre los elementos encontrados destaca un devocionario morisco escrito en árabe, que contiene suras coránicas y oraciones rituales básicas necesarias para la plegaria diaria de cualquier musulmán practicante. Este libro de oraciones representa una prueba directa de la continuidad de las prácticas islámicas en un contexto de prohibición expresa.

Uno de los objetos encontrados.
Además del devocionario, el conjunto incluye un talismán o hirz, una plegaria y un alfabeto, todos escritos en árabe. Estos documentos se habrían llevado en pequeñas bolsas colgadas al cuello y tenían una función protectora para sus portadores. La colección también contiene varios fragmentos de correspondencia y documentos personales que ayudan a contextualizar la vida cotidiana de esta familia morisca, así como dos bolsas pequeñas hechas de cáñamo, una destinada a proteger el libreto de oraciones y la otra para contener el talismán, la plegaria y el alfabeto.
Objetos rituales y de protección en la vida cotidiana de los moriscos
Entre los elementos más curiosos del conjunto encontrado en Seròs hay un embudo de lino, una herramienta utilizada para aplicar aceites con propiedades protectoras al cuerpo de los niños. Esta práctica muestra la combinación de creencias religiosas con elementos de medicina tradicional y magia protectora, muy comunes en las comunidades moriscas de la época. Completando el conjunto, se encontró una jarra de cerámica vidriada que, según los expertos, habría contenido los aceites utilizados en estos rituales de protección.
La importancia de este descubrimiento radica en su excepcional conservación y en el hecho de que nos permite entender mejor cómo las comunidades moriscas intentaron preservar su identidad cultural y religiosa en un contexto de extrema adversidad. La ocultación de estos objetos evidencia el temor a las represalias que podían sufrir si se descubría que seguían profesando el Islam después de su conversión forzada al cristianismo.
El contexto histórico de los moriscos en el Bajo Segre
La presencia musulmana en el Bajo Segre se remonta en la época medieval, cuando esta zona formaba parte de Al-Àndalus. Después de la reconquista cristiana, muchas comunidades musulmanas permanecieron en sus lugares de origen, conformando una minoría religiosa tolerada durante siglos. La situación cambió drásticamente con el decreto de los Reyes Católicos que, en 1502 en la Corona de Castilla y en 1526 en la Corona de Aragón, obligaba a todos los musulmanes a convertirse al cristianismo o abandonar el territorio.
Aquellos que se quedaron y se convirtieron, al menos formalmente, pasaron a ser conocidos como moriscos. A pesar de su conversión oficial, muchos seguían practicando en secreto sus tradiciones y su fe islámica, hecho que los exponía a la vigilancia de la Inquisición y a posibles castigos. En Seròs y otras poblaciones del Baix Segre, la comunidad morisca era especialmente numerosa, dedicada principalmente a la agricultura y la artesanía.
¿Qué consecuencias tuvo la expulsión de los moriscos?
La expulsión definitiva de los moriscos, decretada entre 1609 y 1614 por Felipe III, supuso una vez devastadora para muchas regiones de la península, especialmente aquellas con una alta concentración de población morisca. En el Baix Segre, esta medida provocó un despoblamiento significativo y una crisis económica prolongada, ya que los moriscos constituían una parte fundamental del tejido productivo local.
Se calcula que aproximadamente 300.000 moriscos fueron expulsados de la península Ibérica, muchos de los cuales se establecieron en el norte de África. Este episodio representa uno de los primeros casos de limpieza étnica y religiosa a gran escala en la Europa moderna y dejó cicatrices profundas en el patrimonio cultural y demográfico de muchas regiones, incluyendo el Baix Segre.
¿Cómo se han conservado estos objetos hasta nuestros días?
La preservación de estos objetos durante más de cuatro siglos se debe a las condiciones excepcionales de su escondite. El espacio seco y aislado detrás de la pared creó un microclima que protegió los materiales orgánicos, como el papel y los tejidos, de la degradación. Además, el hecho de que la vivienda no hubiera experimentado reformas estructurales significativas hasta su derribo en 1985 contribuyó a mantener intacto este tesoro arqueológico.
Desde su descubrimiento, los objetos han sido sometidos a un esmerado proceso de conservación y estudio por parte de especialistas en arqueología, historia medieval y paleografía árabe. Estos elementos forman parte actualmente de una colección museística que ayuda a explicar un capítulo fundamental de la historia de Cataluña y de España: la convivencia, el conflicto y la represión religiosa que marcaron la transición de la sociedad medieval a la moderna.