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Ousman Dembélé es el gran quebradero de cabeza para el técnico azulgrana de cara a mañana.

Ousman Dembélé es el gran quebradero de cabeza para el técnico azulgrana de cara a mañana.EFE

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Ousman Dembélé, que el sábado ante el Rayo sufrió una elongación en el bíceps femoral izquierdo, es el gran quebradero de cabeza que tiene Ernesto Valverde para el decisivo duelo de mañana ante el Olimpique de Lyon, en la vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones. Sus problemas han trastocado el Plan A que tenía pensado el técnico, que inlcuso dejó el francés en la recárama y no lo utilizó hasta la segunda mitad.

Los servicios médicos son claros con las molestias del francés: hay un riesgo notable de que se pueda agravar la lesión si juega un partido de esta exigencia. Dembélé quiere jugar pero, ante casos así, Valverde acostumbra a ser prudente. De ahí que una de las opciones sea una vía intermedia: que no sea titular, pero esté en el banquillo como solución de emergencia si fuera necesario.

El brasileño, pese a no contar demasiado, ha marcado goles importantes esta temporada

Una de las grandes preocupaciones de los servicios médicos son los antecedentes del futbolista, que ya sufrió una lesión grave en la misma zona en su primera temporada ante el Leganés. La situación obliga a Valverde a tener que pensar en alternativas al francés en un partido que augura sobresaltos.

El 0-0 de la ida en Lyon exige al Barça a tener que poner los cinco sentidos. Ante el contratiempo de Ousmane, la primera opción de Valverde es Coutinho, aunque el brasileño no presenta, a día de hoy, muchas garantías. De hecho el sábado fue silbado por la afición cuando fue sustituido. Malcom es otra de las opciones que tiene Valverde. El ex del Girondins no ha tenido regularidad pero ha tenido apariciones trascendentes. Ya ocurrió en la Champions con un tanto en el campo del Inter, y también en la ida de las semifinales de Copa ante el Madrid en el Camp Nou con otro gol importante.

Otra alternativa sería la presencia de Semedo y Sergi Roberto en la banda derecha que implicaría un cambio de sistema: del 4-3-3 al 4-4-2, una opción que ya ha usado varias veces esta temporada Valverde pero que parece menos probable por el resultado de la ida.

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