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LO MEJORLO PEOR

La vida sigue igual

El estreno de Gustavo Aranzana en el banquillo no provoca ninguna reacción y el Força Lleida vuelve a ser arrollado || Hoy podría caer en zona de descenso si gana el Oviedo

Aranzana, durante uno de los tiempos muertos que solicitó.

Aranzana, durante uno de los tiempos muertos que solicitó.ITMAR FABREGAT

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Todo sigue igual, o mejor dicho, peor, porque queda una jornada menos y hoy, si el Oviedo es capaz de ganar en casa al Huesca, el ICG Força Lleida entraría por primera vez esta temporada en la zona de descenso. Y todo después de firmar ayer otra deplorable actuación, exhibiendo una vez más unas carencias alarmantes en todas las facetas que reclaman a voces refuerzos, y no solo uno para cubrir la baja ya confirmada de Mike Carey. Ayer el equipo aguantó media parte. En la segunda sucumbió por los mismos errores y acabó recibiendo, por primera vez en su historia, más de 100 puntos como local y encajando la mayor derrota en el Barris Nord (72-101).

Aranzana no sorprendió de inicio con su primer quinteto como entrenador del Força Lleida. Salió con Chapela en la dirección, Santa Ana y Feliu en las alas y Shaquille y Stutz en la pintura, cinco de los seis jugadores más utilizados en la etapa de Jorge Serna. Los primeros compases fue un cara a cara entre Santa Ana y Agada. Los dos se emparejaban y cada uno sacó sus mejores dotes ofensivas. El estadounidense, firmando dos triples consecutivos y el nigeriano, con tres canastas de dos, la última con tiro adicional tras personal del propio Santa Ana, la de la frustración tras errar su tercer intento triple. En ese justo momento el Melilla le había dado la vuelta al partido, pasando del 6-2 inicial al 8-12 tras completar un parcial de 2-10.

Encaja por primera vez más de 100 puntos como local y la derrota más amplia en el Barris Nord de su historia

El ICG Lleida había entrado en uno de sus típicos momentos de desconexión que tanto temía su nuevo entrenador, que veía como todo lo que había alertado en la previa, como las canastas fáciles concedidas al rival, el rebote defensivo y la peligrosidad de Agada, se estaba cumpliendo. A menos de cuatro minutos para acabar el primer cuarto, Aranzana tuvo que parar el partido. El marcador ya reflejaba un peligroso 10-19, tras un triple del ex del Força Lleida Matulionis.

La presencia de Mbaye en pista dio otra alternativa ofensiva a los de negro. Los seis puntos del senegalés desde la media distancia y otros tantos de Sans, los dos últimos sobre la bocina de final de periodo, rescataron al ICG, que cerró los primeros diez minutos con el marcador ajustado (22-24). Había salvado la primera ‘pájara’ con cierta solvencia, aunque el juego no iba a mejorar en el segundo asalto, dominado por el Melilla gracias al efecto Agada. El nigeriano jugó a su antojo y sin oposición. Ni Santa Ana primero, ni Sans después ni Sierra en las postrimerías del segundo periodo pudieron con él. Firmó otros diez tantos –20 en total al descanso y 29 de valoración, casi tantos como el ICG, 38– que permitieron al cuadro norteafricano alcanzar el intermedio con una renta de siete puntos (41-48), un mal menor a tenor de las prestaciones que había mostrado uno y otro hasta ese momento.

La segunda mitad no pudo comenzar peor. Parcial de salida de 0-6, con Agada omnipresente, anotando, robando y asistiendo, y Aranzana que tiene que parar de inmediato el partido, y eso que solo había transcurrido un minuto y 6 segundos de juego (41-54). Las instrucciones del técnico vallisoletano no calaron y el equipo empezó ahí su declive de los últimos partidos. Las pérdidas y los tiros precipitados se sucedieron y el Melilla, sin oposición alguna, fue incrementando su ventaja hasta los 26 puntos que reflejaba el marcador al final del tercer cuarto (54-80), después de encajar un demoledor parcial de 13-32 que provocó los primeros silbidos de la afición.

Con el partido más que sentenciado, solo cabía no dejarse ir y salvar el honor. Aranzana echó mano de los tiempos para intentar parar en lo posible las rachas anotadoras de los melillenses, mientras a sus jugadores les costaba Dios y ayuda anotar una canasta. El cuarto se les hizo eterno, como a los aficionados, ya resignados y que no quisieron ensañarse con un equipo que acabó arrollado y recibiendo la friolera de 101 puntos, la primera vez en la historia que los encaja en el Barris Nord.

Aranzana, durante uno de los tiempos muertos que solicitó.

Aranzana, durante uno de los tiempos muertos que solicitó.ITMAR FABREGAT

Aranzana, durante uno de los tiempos muertos que solicitó.

Aranzana, durante uno de los tiempos muertos que solicitó.ITMAR FABREGAT

Aranzana, durante uno de los tiempos muertos que solicitó.

Aranzana, durante uno de los tiempos muertos que solicitó.ITMAR FABREGAT

Aranzana, durante uno de los tiempos muertos que solicitó.

Aranzana, durante uno de los tiempos muertos que solicitó.ITMAR FABREGAT

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