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Andrea, en el momento de golpear el balón para el 2-1.

Andrea, en el momento de golpear el balón para el 2-1.JORDI ECHEVARRÍA

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A 90 minutos de la gloria. De tocar el cielo. De estar entre los grandes para luchar por el ascenso a Primera. Así deja al AEM la jornada de ayer en la que no pudo sumar en el campo del líder Alavés. El resultado no cambia la fórmula del éxito: conseguir este sueño pasa por derrotar, la semana que viene, al Seagull en la última jornada. Sin embargo, si hay un modo de perder con la cabeza alta, desde luego es el que mostró el equipo leridano en Vitoria.

Miró a la cara al Alavés desde el silbato inicial, e incluso consiguió llevar, con el viento en contra, la posesión al campo rival. Pero las alavesas sacaron su mejor virtud: su llegada letal al área puso, en cuestión de tres minutos de inspiración, una distancia de dos goles en el marcador que se auguraba difícil de poder neutralizar. Primero fue Lice, de cabeza a centro de Ane Miren, y luego Urbani con un gran derechazo, las que batieron a Mireya. Quedaban 70 minutos por delante pero en ningún caso el AEM le perdió la cara al partido. De hecho, no movió ni un ápice de su planteamiento inicial y estuvo lejos de, pese a haber encajado dos goles muy seguidos, venirse abajo.

El descanso lo cambió todo. Roger Lamesa modificó el 3-4-3 genuino para dar paso a un 4-2-3-1 y dio entrada a Inés y Andrea. A partir de aquí, solo existió un color sobre el césped de Ibaia. El AEM creó, dominó y encerró al Alavés en su campo. Una labor colectiva llevada a la excelencia y en la que brilló, precisamente, Andrea. La joven delantera leridana se echó el equipo a la espalda e hizo mucho daño entre líneas al Alavés. Y además, fue la encargada de mover el marcador. Ya avisó a los tres minutos de reanudarse el juego en una acción que Gaste tuvo que sacar sobre la línea.

El gol llegó veinte minutos después. Con un solo regate dejó atrás a tres rivales y, tras avanzar con el balón controlado soltó un derechazo potentísimo y cruzado a dos metros de la frontal que se coló por la escuadra de la portería de Cris. Golazo de Andrea para soñar. Incluso su querido Dani Rodrigo, al que siempre dedica los goles, debió llevarse las manos a la cabeza. No hubo tiempo para más, afortunadamente para un Alavés que acabó con defensa de cinco, sacando agua de la barca y pidiendo la hora.

Todo ello ha dejado un guión de película que parece estar calculado al milímetro. Los azares del calendario dejaron el derbi catalán de más rivalidad para la última jornada, un derbi en el que ya saltan chispas de por sí, pero que, además, el destino ha querido que sea absolutamente a cara o cruz. Con la salvedad del Zaragoza, que tiene dos partidos pendientes y matemáticamente todavía tiene posibilidades quedar por encima, una victoria el próximo domingo dejará al AEM cuarto, y un empate o una victoria del Seagull clasificarán al cuadro badalonés. La temporada del AEM merece un Óscar y el equipo leridano podrá presentar su candidatura en este último acto.

Andrea, en el momento de golpear el balón para el 2-1.

Andrea, en el momento de golpear el balón para el 2-1.JORDI ECHEVARRÍA

Andrea, en el momento de golpear el balón para el 2-1.

Andrea, en el momento de golpear el balón para el 2-1.JORDI ECHEVARRÍA

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