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La subida de la factura energética pone en jaque a las entidades deportivas

Clubes y gimnasios ven amenazados sus presupuestos por los precios de luz y gas

Una vista del gimnasio del Sícoris con el aire acondicionado que dispara el consumo eléctrico.

Una vista del gimnasio del Sícoris con el aire acondicionado que dispara el consumo eléctrico.JORDI ECHEVARRIA

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Las entidades deportivas con instalaciones propias están sufriendo los efectos de una doble crisis, ya que tras la etapa de la pandemia deben soportar ahora los efectos de la escalada de las facturas de la luz y el gas. Como mínimo, lo que están pagando este año por estos conceptos ha aumentado el doble con respecto a antes de la subida de precios.

La fuerte escalada de los precios de la luz y el gas ha hecho que se disparen las alarmas en las entidades deportivas con instalaciones propias, amenazando sus presupuestos y su viabilidad. Como mínimo el incremento del precio de la energía este año es el doble de los que se pagaba en 2019.

Tal como explica Jordi Cassanya, gerente del Sícoris Club, “si el reto del verano ha sido el gasto energético por el aire acondicionado, ahora de cara al invierno vendrá el reto del consumo de agua caliente”. Estos retos tienen números. El club ubicado en La Bordeta ha pasado de pagar antes de dispararse los precios entre 13.000 y 15.000 euros al mes en luz a los actuales 28.000.

Y en gas, otro tanto. De unos 5.000 euros mensuales hasta prácticamente 12.000. José Luis Solans, del CT Lleida, habla de “una bofetada muy grande, a pesar de que tenemos una situación económica estable”.

En 2019 pagaban de luz una media mensual de 6.785 euros, el pasado año 6.815 y este año la cifra ha llegado a los 16.520 euros. “No quiero ni imaginarme la situación de los clubes que tengan piscina cubierta”, clama Solans.Josep Talavera, presidente del CN Lleida, responde rápido a esta inquietud de su homólogo. “Si antes necesitábamos unos 10.000 euros al mes para el agua caliente de piscina y duchas, ahora son 50.000 euros.

¿Qué hacemos? ¿Cerramos la piscina?”, se pregunta mientras admite estar “muy preocupado”. El CN Lleida tiene una piscina cubierta en la que se preparan todos sus nadadores de competición y de la escuela, no en vano es una de sus principales secciones y da nombre al club aunque también tenga fitness, tenis, pádel y gimnasia rítmica. Y es que no le cuesta lo mismo a un club abrir una piscina todos los días de la semana que un pabellón, una pista de tenis o un campo de fútbol con un suministro energético mucho menor.En todos los casos, el gasto actual en energía que tienen que soportar les resulta tan pernicioso que les condiciona el presupuesto.

Òscar Villaverde, presidente del CT Urgell, lamenta que “tendremos que destinar algún patrocinio para pagar facturas en lugar de invertir en mejoras. Tomando medidas y gastando menos luz, estamos pagando más”. En el primer trimestre del pasado año pagaron unos 32.000 euros de luz y este año la cifra se ha disparado hasta más de 96.000 euros.

Y eso que el CT Urgell fue previsor en el ahorro energético con la instalación de placas fotovoltaicas (ver página 4).“Llueve sobre mojado. Estábamos recuperando las cifras de antes de la pandemia y ahora nos llega esto”, se queja Pep Castarlenas, director de Ekke, el mayor gimnasio de toda la provincia y la entidad deportiva con más abonados, unos 6.000 socios a los que hay que añadir unos 600 más infantiles y júniors. Aunque no quieren dar cifras, les ha subido el doble la factura de la luz y del gas porque Ekke también tiene piscina cubierta.

“El problema está en el gas. Nos da mucho miedo la llegada del invierno”, reconoce Castarlenas.Otro tipo de entidades deportivas como el Pádel Indoor Lleida han visto triplicada su factura. Su propietario, Albert Gadea, dice que “hacía tiempo que veíamos que el consumo de luz era cosa seria, pero es que ahora se ha salido de madre con estos precios.

A los clientes no les puedes dejar a oscuras”.

Una vista del gimnasio del Sícoris con el aire acondicionado que dispara el consumo eléctrico.

Una vista del gimnasio del Sícoris con el aire acondicionado que dispara el consumo eléctrico.JORDI ECHEVARRIA

Una vista del gimnasio del Sícoris con el aire acondicionado que dispara el consumo eléctrico.

Una vista del gimnasio del Sícoris con el aire acondicionado que dispara el consumo eléctrico.JORDI ECHEVARRIA

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