Triunfo del gregario del líder

El campeón de Bélgica, Tim Wellens, gregario de lujo del esloveno Tadej Pogacar, se impuso ayer en Carcasona en la decimoquinta etapa del Tour de Francia, su primera victoria en la ronda gala tras haber logrado dos en el Giro de Italia y otras tantas en la Vuelta a España.

Su jefe de filas, favorito para ganar su cuarto Tour, sigue con el maillot amarillo en una clasificación general que no sufrió grandes cambios en la general, salvo que el español Carlos Rodríguez, que se metió en la fuga, ganó una plaza y ahora es noveno.

Wellens formó parte de la escapada del día y se fugó en solitario en la subida al Col de Fontbruno, cuya cima se encontraba a 40 kilómetros de la meta, una distancia que recorrió en solitario para conseguir la victoria.

Es la quinta victoria belga en este Tour de Francia, un día antes de la fiesta nacional de su país y también la quinta del UAE, junto a las cuatro de Pogacar, que supera el centenar de triunfos en la temporada.

Wellens llegó con 1.28 sobre su compatriota Victor Campanaerts y 1.36 con respecto al grupo de perseguidores, en el que estaba Iván Romeo y Carlos Rodríguez, el más beneficiado de la general, que se coloca noveno a 18.26, superando al irlandés Ben Healy. No hubo cambios en la parte más alta de la clasificación general, con Pogacar de amarillo con 4.13 sobre el danés Jonas Vingegaard y 7.53 del alemán Florian Lipowitz y 9.18 con el británico Oscar Onley.

Hoy lunes, los corredores afrontarán la segunda y última jornada de descanso de esta edición, justo antes de afrontar la semana final. Ya será mañana martes cuando llegarán los Alpes, con una decimosexta etapa de 171,5 kilómetros con inicio en Montpellier y meta en el ‘Gigante de la Provenza’, el mítico Mont Ventoux, único escollo del día y donde les esperan 15,7 kilómetros de ascensión a una media del 8,7%.

El español Iván Romeo, el más joven de este Tour con 21 años, tenía este día apuntado porque era una oportunidad de oro para una escapada. Al llegar a meta, habiendo sido parte de la escapada y finalizar decimocuarto, Iván se abrazó con lágrimas a su padre, Roberto.

“No sé qué decir ahora mismo. El equipo se merecía más y hoy era un día para mí, pero fui siempre a contrapié (al principio se vio involucrado en una caída). Terminar el decimocuarto no es lo que quería porque era una jornada que tenía marcada desde Lille. Tengo mucha rabia dentro porque había piernas para estar más adelante”.