BonÀrea invierte 7 millones en una fábrica de piensos para mascotas

El Consejo de Gobierno aragonés dio ayer luz verde al proyecto la Corporación Alimentaria Guissona para una planta de piensos para mascotas (petfoods) que está construyendo en la plataforma agroalimentaria que posee en el municipio zaragozano de Épila, que supondrá una inversión de 6,9 millones de euros y contará con una superficie de alrededor de 11.750 metros cuadrados. Se trata de un trámite que se enmarca en el Proyecto de Interés General de Aragón (PIGA) correspondiente a esa plataforma y no requerirá de una licencia municipal, lo que agiliza la construcción de la nueva instalación. La planta tendrá una capacidad de producción de 60.000 toneladas al año (240 al día) de piensos para mascotas en la fase 1. Esta cantidad será el doble con la puesta en marcha de la fase 2.

BonÀrea está desarrollando la implantación de su nueva plataforma industrial en tres fases. En la primera, se procedió a la urbanización general de la parcela y la dotación de redes de infraestructuras necesarias, al tiempo que se realizó la construcción de diferentes instalaciones. En una segunda fase, se procede a la construcción de naves industriales para la progresiva puesta en funcionamiento de las diferentes actividades alimentarias que se desarrollarán en el complejo: pan, productos sin gluten, elaborados cárnicos, matadero de pollos, mataderos de cerdos, valorización de plásticos, subproductos y talleres para vehículos. La tercera fase comprende la construcción de oficinas, dos mataderos más, naves para frutos secos, frutas y verduras, postres, líquidos y quesos, así como la fábrica de piensos cuyo visto bueno se dio ayer por el Gobierno aragonés.La inversión final es cercana a los 400 millones y generará unos 4.000 puestos de trabajo cuando esté a pleno rendimiento.

Por otra parte, bonÀrea presentará en la feria Alimentaria 2024, que se celebrará desde el día 18 al 21 de este mes, el desarrollo de ‘Directo al origen’, un proyecto propio de trazabilidad para dar a conocer la procedencia y el itinerario de sus productos, así como sus principales características, con una inversión de unos 2,1 millones de euros. El consumidor, mediante el simple escaneo de un código QR ubicado en la etiqueta del producto, podrá acceder a información específica sobre su origen y proceso de elaboración, según la tipología de producto, e incluso a recetas que puede elaborar con él.