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LLEIDA

Justicia autoriza un “vis a vis” de un preso para despedirse de su perro en Lleida

El interno del Centre de Ponent solicitó permiso para poder ver al animal que está enfermo

La visita, la primera de este tipo en Lleida, debe ser programada

Vista aèria de les instal·lacions del Centre Penitenciari Ponent.

Vista aérea de las instalaciones del Centre Penitenciari Ponent. - SEGRE

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El departamento de Justicia, Derechos y Memoria ha autorizado un “vis a vis” entre un preso del Centre Penitenciari Ponent y su perro. Según ha podido saber este diario, el interno solicitó permiso para poder ver al animal, ya que se encuentra enfermo, y “poder despedirse de él”. Tras seguir los procedimientos necesarios, la conselleria dio su autorización y ahora la visita solo falta que sea programada para llevarse a cabo. Fuentes cercanas señalaron que “este vis a vis se hará seguro”. 

Es la primera vez que se llevará a cabo una visita, en la que se permite el contacto físico, de estas características en la cárcel de Lleida. Aunque sí que habían entrado perros en la prisión para llevar a cabo diferentes actividades con los internos, nunca antes se había hecho una visita personal entre un preso y su mascota. De hecho, en los centros penitenciarios este tipo de encuentros no son habituales.

Cabe recordar que en septiembre del año pasado el titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 del País Vasco, con sede en Bilbao, autorizó a un interno de la prisión de de Martutene, en San Sebastián, hacer un “vis a vis” con su perro antes de que el animal fuera sacrificado por sus graves problemas de salud. En este caso, el recluso tuvo que acudir a la justicia después de que la dirección del centro penitenciario denegara su petición al entender que la normativa penitenciaria no permite contactos en la cárcel con animales de compañía. En aquel momento, la decisión judicial abrió un debate sobre si los internos tienen derecho a poder recibir también la visita de sus mascotas y si estas conllevan un problema de seguridad. 

Asimismo, también tuvo que acudir a la justicia un preso de la cárcel de Zuera, en Zaragoza, tras denegarle un permiso de visita con su perro. El preso alegó en este caso que “estaban muy unidos” y que “necesitaba verlo”. Con todo, la decisión del departamento de Justicia con el preso de la cárcel de Lleida es del todo inédita. No será la primera vez que entre en perro en la prisión, ya que se han hecho terapias caninas como un programa con perros en el módulo de mujeres para trabajar la autoestima y la empatía de cara a la reinserción.

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