Conte promete en el Senado 'acabar con el negocio de la inmigración'

El Gobierno italiano de Giuseppe Conte, formado por el partido populista Movimiento 5 Estrellas (M5S) y por la ultraderechista Liga, obtuvo ayer la confianza del Senado, en el que es un primer paso para su investidura, con un discurso fuertemente centrado en la inmigración y en las cuotas de refugiados. El Ejecutivo de Conte obtuvo 171 votos a favor, 117 en contra y 25 abstenciones. Hoy deberá someterse al mismo trámite en la Cámara de los Diputados, donde el M5S y la Liga tienen mayoría absoluta.

Conte prometió durante su discurso de investidura que acabará “con el negocio de la inmigración” que, según su opinión, “ha crecido de manera excesiva bajo el manto de la falsa solidaridad”. Según el futuro primer ministro, la gestión de los países de la Unión Europea (UE) para afrontar el problema “ha sido un fracaso debido a los cierres egoístas de los Estados”, en referencia a las cuotas de refugiados y a su desigual distribución entre los países miembros. En su derecho de réplica, pidió a la UE que la crisis migratoria sea abordada en todos los países comunitarios de forma homogénea y denunció que “han dejado solos” a los italianos. Esta es una máxima que han defendido el vicepresidente y ministro del Interior, el líder de la Liga Matteo Salvini. El ministro indicó que endurecerá las políticas de control de la inmigración, acelerará las expulsiones de irregulares y trabajará con el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, para modificar las normas migratorias de la Unión.

El líder de la Liga indica que trabajará con Hungría para modificar las normas migratorias de la UE

Por otro lado, Conte enumeró otras medidas, como un subsidio para personas desempleadas, la inclusión de una renta de ciudadanía, la aplicación de un impuesto único o la abolición de los sueldos vitalicios a políticos.

Bruselas dice que la reforma del sistema de asilo “está muerta” Los ministros de Interior de la Unión Europea (UE) constataron ayer la imposibilidad de reformar el sistema de asilo, debido a las fuertes discrepancias entre los países comunitarios sobre el reparto de los flujos inmigratorios. El secretario de Estado belga para el Asilo y la Inmigración, Theo Francken, resumió el pesimismo asegurando que la reforma “está muerta”. Los líderes europeos expresaron su voluntad en diciembre de dotar a la UE de un mecanismo permanente para poder responder a las oleadas de inmigrantes en caso de emergencia.