Los sondeos rechazan una mayoría absoluta del PP en Castilla y León

Castilla y León celebrará mañana, 13 de febrero, las quintas elecciones autonómicas en pandemia en el Estado, en lo que supone el fin de una campaña que ha captado el interés nacional. En medio de un contexto político convulso, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Pablo Casado, medirán mañana sus fuerzas para 2023 en unos comicios imprevisibles. Ambos líderes han multiplicado su presencia en este territorio en apoyo a sus respectivos candidatos, Luis Tudanca y Alfonso Fernández Mañueco, que han contado también con el desembarco de otros pesos pesados de sus grupos.

La evolución de las encuestas ha alimentado esa movilización conforme ha ido avanzando la campaña electoral, ya que los augurios iniciales, que apuntaban a un nuevo mandato de Fernández Mañueco con una mayoría absoluta del PP, han derivado en otros sondeos que pronostican que el grupo “popular” sólo podría ganar pactando con Vox. El último vaticinio del CIS, en cambio, apunta que los socialistas serían la fuerza ganadora, con una intención de voto del 30,8%. El PP se quedaría en segunda posición, con el 29,8%.En este escenario, y con la incógnita de la representación que obtendrían Cs y Unidas Podemos –consideradas la tercera y cuarta fuerza política–, serían esenciales los procuradores que podrían lograr partidos como Soria Ya, Unión del Pueblo Leonés y Por Ávila, cuya proyección se ha visto en auge tras las reivindicaciones de la denominada “España vaciada”.Precisamente los posibles pactos tras el 13-F fueron el eje del último debate protagonizado el miércoles por Fernández Mañueco, Tudanca y el candidato de Cs, Francisco Igea, después de que los naranjas preguntaran al actual presidente si está dispuesto a ir de la mano de Vox.

Mañueco salió del paso y recalcó que busca “un pacto con las personas” para tener un “Gobierno centrado”. En las filas socialistas advierten de que un fracaso del PP sería también un varapalo para Casado, ya que supondría un revés en la hoja de ruta que la cúpula del grupo contempla para los comicios de 2023 y para diluir el “efecto Ayuso” con el mandato de otro líder ‘popular’ en una comunidad autónoma para “evitar personalismos”.La campaña del 13-F ha estado repleta de debates en clave nacional, como el que provocó el ministro de Consumo, Alberto Garzón, con sus declaraciones sobre las macrogranjas, así como la cruzada del PP contra el Gobierno por el reparto de fondos europeos y el perte para el sector agroalimentario.