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El sector del aceite de Lleida pide medidas antifraude al consumidor

La Agència Catalana del Consum levanta diez expedientes por falta grave en la calidad ofertada|| Sobre un total de 24 análisis efectuados entre 2019 y 2020

Aceite preparado para una cata pública y para informar a los consumidores de las diferentes calidades.

Aceite preparado para una cata pública y para informar a los consumidores de las diferentes calidades.EUROPA PRESS

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El sector de la producción del aceite de oliva de Lleida ha pedido medidas para evitar el fraude a los consumidores y que se le estén ofertando como virgen extra grasas que no lo son ni de lejos. Lo hacen después de que, según explicaron ayer fuentes de la Agència Catalana de Consum, el organismo haya abierto diez expedientes por falta grave en la calidad de aceites en Catalunya. En los dos últimos años, ha efectuado un total de 24 análisis y en 14 casos se han detectado irregularidades y una decena han acabado en los citados expedientes.

Desde Unió de Pagesos, Ramon Bonet dijo que estos datos vienen a confirmar no solo sus sospechas sino sus denuncias. “Muchas veces hemos advertido que las ofertas agresivas que se encuentran en puntos de venta debían ser una verdadera trampa al consumidor porque es imposible comercializar a los precios que se están haciendo aceites vírgenes extra”, dijo.

UP ha denunciado la “banalización” del aceite de oliva virgen y virgen extra y un “presunto” fraude al consumo “por parte de envasadores, con la colaboración de la gran distribución”, ante la falta de cultura de aceite del consumidor”. Entre sus protestas, ha organizado, por ejemplo, catas frente a grandes superficies para que los consumidores pudieran comparar aceites de oliva de oferta que se venden como virgen y virgen extra.

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Los productores de aceite de Lleida piden al consumidor que exija calidad

El presidente de la Denominación de Origen Garrigues, Enric Dalmau, dijo que se dan diferentes circunstancias. Por una parte, habló de “ganas de poner etiquetas de virgen extra en aceites que no lo son”, un verdadero fraude.

Por otra, citó casos de envasado de “aceites que se encuentran al límite, que pueden ser virgen extra en el momento del embotellado pero que a las pocas semanas se degradan” y ya no cumplen con los estándares. También apuntó que un aceite virgen extra que se encuentra en el punto de venta expuesto a la luz y al calor también pierde sus cualidades, una situación que acaba pagando el consumidor.

Dalmau insistió en que la razón de ser de las denominaciones de origen es precisamente garantizar la calidad y recordó que no salen al mercado aceites sin los máximos controles. En su opinión, más efectivas que las sanciones, que destacó que se están poniendo, sería una mayor exigencia de calidad por parte del consumidor. Sería la forma, en su opinión, de forzar a trabajar en las mejores condiciones a envasadores que no lo hacen de forma correcta.

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