Estudios del Govern ven 'prescindible' Alguaire y plantean reconvertirlo en 'laboratorio' aéreo

Estudios encargados por la Generalitat para elaborar el futuro plan estratégico de la aviación en Catalunya califican de “prescindible” el aeropuerto de Alguaire desde el punto de vista de la aviación comercial, una actividad que consideran “inviable” en esta instalación. Estos documentos, que deben servir como guía para las políticas catalanas en materia aeronáutica hasta el año 2030, proponen “reconvertir” el aeropuerto leridano como “laboratorio” al servicio de la “innovación en el sector aéreo” y, en este sentido, apunta al rápido desarrollo de la industria de los drones. Cabe recordar que sus instalaciones han acogido en los últimos años pruebas de prototipos debido a su escaso tráfico de aviones comerciales (ver claves).

Los primeros documentos para la elaboración del plan son anteriores a la intervención de la Generalitat por parte del Estado. Son el resultado de reuniones de trabajo entre los redactores de la futura planificación con representantes de diferentes sectores, desde la aviación comercial a la general (que incluye la deportiva, trabajos aéreos y servicios de emergencias), entre finales de julio y principios del pasado mes de octubre. En el caso de Alguaire, considera que las inversiones hasta ahora en el aeropuerto leridano son “poco estratégicas” y afirma que la actividad comercial “no tiene viabilidad”. Actualmente, se limita al fin de semana, con la línea regular entre Lleida y Palma. La mayor parte del tráfico de pasajeros se da en invierno, con la operativa de charters del turoperador británico Neilson y la aerolínea israelí Arkia; y con los vuelos a Menorca e Ibiza de Air Nostrum en verano. Para el próximo invierno, se espera que se sumen a ellos la compañía sueca Quality Travel.

Las propuestas forman parte de la planificación de la política aeronáutica de la Generalitat hasta 2030

La propuesta de “reconvertir Alguaire en un espacio de innovación al servicio del sector aéreo” se enmarca en una estrategia que plantea usos diferenciados para cada uno de los aeropuertos regionales de Catalunya. En el caso de La Seu, sugiere que el Gobierno de Andorra tenga un mayor peso en su gestión (actualmente asume el 50% de los gastos); dotarlo de equipos para aterrizar y despegar con mala visibilidad, algo pendiente del visto bueno del ministerio de Fomento; instalar una aduana para vuelos fuera del espacio Schengen. También propone centrarlo en la aviación general, sector que actualmente supone casi toda su actividad.