SEGRE

Roban las 2 campanas de un santuario de la Segarra y no las reponen al no poder vigilarlo

Las sustrajeron a finales del mes pasado de la iglesia de Camp-real y nadie lo supo hasta días después

El santuario de Camp-real, a medio camino entre Massoteres, Talteüll y Palouet

El santuario de Camp-real, a medio camino entre Massoteres, Talteüll y PalouetX. Santesmasses

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El santuario de Camp-real, en Massoteres, se ha quedado sin campanas. El alcalde, Miquel Àngel Marina, denunció su desaparición la semana pasada ante los Mossos d’Esquadra. El aislamiento de este templo de la Segarra, a medio camino entre los pueblos de Massoteres, Talteüll y Palouet, facilitó que los ladrones pudieran sustraer las dos campanas sin que nadie se diera cuenta hasta varios días después.

Todo apunta a que el robo tuvo lugar a finales del mes pasado, después del temporal de lluvias que azotó el llano de Lleida, y que los autores derribaron las campanas desde la espadaña de la fachada de la iglesia. Así lo sugieren las profundas huellas que las dos pesadas piezas de metal dejaron al caer en el suelo de tierra mientras estaba húmedo. Un devoto que había pedido la llave del templo fue quien alertó de la desaparición de las campanas. Tambien advirtió que la cerradura de la iglesia presentaba daños que evidenciaban un intento de forzarla, aunque los ladrones no consiguieron abrirla. Una vez tuvieron noticia del robo, el alcalde y el párroco, Fermí Manteca, se reunieron y decidieron que no tratarán de reponer las campanas instalando unas nuevas. El primer edil apuntó que el santuario “es un buen candidato a sufrir asaltos porque es difícil de vigilar”. Está apartado de los núcleos urbanos, de las carreteras más transitadas e incluso de las líneas eléctricas. Esto último hace que “tampoco se puedan instalar alarmas”, según explicó el alcalde. También otras iglesias de Lleida han sufrido el robo de sus campanas en los últimos años (ver desglose).

Camp-real es un punto emblemático del municipio. Hasta el año 1929 albergó la sede ayuntamiento, la escuela y la iglesia. Posteriormente se trasladaron a Massoteres, pero la devoción al lugar continuó con un aplec y ceremonias religiosas cada mes de mayo.

Hace unos años ya robaron las de Granollers y las de Castellnou Camp-real está documentado en 1040, si bien el templo actual es del siglo XVII. El robo de sus campanas no es un caso único en Lleida. En 2011 robaron también las de la iglesia románica de Sant Jaume de Granollers de Segarra, a 8 kilómetros de Massoteres. Entonces los ladrones escalaron desde el cementerio situado en la parte trasera de la iglesia para ascender al tejado. Otro robo tuvo lugar en 2013, cuando sustrajeron las campanas de la iglesia de Sant Pere de Castellnou d’Ossó, en la comarca del Urgell. En esta ocación los ladrones accedieron directamente a la espadaña a través de unas escaleras de piedra en el lateral del edificio. Otro robo en una iglesia sucedió en abril de 2012, con la desaparición del Cristo y una Virgen de la capilla de Sant Marçal en la Figuerosa. Años antes, en 2007, robaron el relicario de Sant Sebastià del siglo XVII de la iglesia de El Talladell, este último fue recuperado.

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