Sin carácter

El Lleida sigue muy lejos de ser un equipo al que pueda considerarse un candidato al play off. Después de haber disputado tres liguillas de ascenso en las cuatro últimas temporadas, en estos momentos su preocupación es alejarse de la zona de descenso que le amenaza y de la que huyó ayer tras salvar un punto en el último cuarto de hora (1-1) ante un Villarreal B que se le sigue atragantando. Seis visitas al Camp d’Esports y solo en una fue capaz de ganar el Lleida.

El equipo de Gustavo Siviero se mostró ayer como un conjunto sin carácter, con muchos problemas para crear peligro –no hizo ni un solo remate a puerta en toda la primera parte– y que sigue siendo muy frágil en defensa. Ayer volvió a recibir un gol, por lo que sigue incapaz de acabar un partido de Liga con su portería a cero. Cierto que tenía delante a uno de los mejores equipo de la categoría, aunque en este inicio de Liga los números del Lleida y del Villarreal B difieren muy poco. El Lleida se encaminaba hacia una derrota que solo pudo evitar con la gran actuación de Álvaro Campos, sin duda el mejor del equipo, y con un gran gol de Guillem Martí en el minuto 76, con el que equilibró el que había anotado Carlos López en el 49.

El punto que sumó el equipo, como mal menor, y el último cuarto de hora, en el que sí que superó claramente al rival

El Lleida solo juega a ráfagas. Intensas, si se quiere, pero muy cortas. Y gracias a ello se va librando de una clasificación aún peor. Si en otros partidos su poca solidez le hizo perder puntos, ayer salvó uno gracias a un arranque de genio en el último cuarto de hora.

Ni el regreso al estadio de las peñas de aficionados, “divorciadas” de la directiva desde el principio de la temporada, sirvió para que el Lleida cambiara su dinámica. Firmó una primera parte deplorable ante un rival que le dio un autentico baño de juego. Suerte tuvo de que el Villarreal B, que la pasada temporada jugó el play off, también ha empezado mal el nuevo curso. El único peligro de los primeros 45 minutos lo puso el cuadro castellonense, que no se adelantó en el marcador gracias a una genial intervención de Álvaro Campos a remate de Cantalapiedra (36’).

El Lleida se retiró a los vestuarios en el descanso con malas sensaciones. Y estas se confirmaron nada más iniciarse la segunda parte. Carlos López aprovechó un error defensivo para marcar el 0-1 (49’).

El gol dejó “groggy” al Lleida, que no pudo reaccionar. Campos mantuvo vivo al equipo con intervenciones de mérito y el primer remate bien dirigido del Lleida no llegó hasta el minuto 74, obra de Casares.

Fue como encender un interruptor. El Lleida empezó a mostrar todo el carácter del que había carecido hasta entonces y empezó a presionar a su rival. Una gran jugada ofensiva la culminó Guillem Martí con un gran gol (1-1, 76’). Pudo incluso ganar el partido. Hubiera sido un premio excesivo para los pocos méritos que hizo ayer un equipo que debe mejorar mucho.