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© La lucha en las áreas fue muy intensa entre los jugadores de los dos equipos.
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© Los jugadores del Halcones de Ensenada de México, con el que tiene un acuerdo el Llista, hicieron una exhibición.
LLEONARD DELSHAMSEl ICG Software dejó escapar este domingo la oportunidad de regresar a las posiciones que permiten clasificarse para una competición europea y, de paso, asegurar la permanencia en la OK Liga, al no pasar del empate (3-3) ante el Manlleu. El Llista, gracias a su incansable lucha hasta el último segundo, pudo salvar un punto en un partido que se le había complicado mucho y en el que se vio perjudicado por las decisiones, habitualmente adversas, de uno de los colegiados, Xavier Buixeda. Es el mismo colegiado que hace unas temporadas hizo un arbitraje escandalosamente adverso contra el Llista en un partido ante el Barça y que posteriormente se supo que en su página de facebook aparecía con la camiseta azulgrana o que, en otro de sus recordados episodios, hizo constar en acta una supuesta agresión de Andreu Tomàs a un rival, que le valió al leridano una dura sanción. Ayer volvió a dar un penoso “recital”.
Independientemente de la mala actuación arbitral, al Llista le faltó acierto en las numerosas ocasiones de ataque que creó, ante un rival que lucha por la permanencia y que se empleó con excesiva dureza, ante la permisividad arbitral. Además, un grupo de aficionados del Manlleu, lanzaron a la pista, en los últimos minutos de partido, una baqueta con la que golpeaban uno de sus tambores.
El ICG Software se encontró muy pronto con el marcador en contra. En el minuto 7 marcó el 0-1 Jaume Farrés, lo que incrementó la presión sobre el equipo leridano, consciente de que un triunfo le permitía encaramarse a la séptima posición.
Ya a los 9 minutos llegó la primera decisión arbitral polémica, con una rigurosa tarjeta azul a Darío Giménez. Marc Prat lanzó, paró Lluís Tomàs pero los árbitros ordenaron repetir el lanzamiento. Prat volvió a fallar. A todo eso, la tolerancia arbitral con la dureza visitante ya tenía enfadada a la afición leridana. El Llista acosaba sin acierto la portería del Manlleu, con fallos en acciones claras, en una primera mitad que vivió un último minuto tan trepidante como todo el partido. Farrés envió la bola al poste a falta de 59 segundos y, a falta de uno, Andreu Tomàs erró un penalti con lo que se llegó 0-1 al descanso.
En la segunda mitad la tensión no hizo más que crecer. En el minuto 25 Darío Giménez fue derribado en el área, sin que los árbitros señalaran nada ni parasen el partido, aunque el argentino estaba caído en el suelo, pero sí pitó penalti en el área leridana, que Adrià Ballart transformó en el 0-2.
Ballart falló el lanzamiento directo por la décima falta local (32’) y de nuevo llegó la polémica. Los árbitros anularon un gol a Rodero, en una acción en la que señalaron falta directa por la décima falta visitante. Las protestas le valieron a Lluís Tomàs una tarjeta azul mientras la afición cantaba “manos arriba, esto es un atraco”. Darío Giménez anotó el lanzamiento y, con 1-2, el Llista disponía de 15 minutos para salvar algún punto.
Pero quien volvió a marcar fue el Manlleu, con el 1-3 de Jaume Farrés en el minuto 40. Lluís Rodero anotó acto seguiro el 2-3 (41’) y el partido entró en unos diez últimos minutos que incrementaron aún más el ritmo del juego y la tensión entre jugadores y con la grada.Sí que vieron los árbitros un claro penalti sobre Darío Giménez a falta de 4.48 para el final que el propio jugador argentino transformó en el ya definitivo 3-3. Al menos, el Llista lograba salvar un punto que le acerca a la permanencia matemática y a Europa. La próxima cita, en Alcoy.