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Empresas del transporte recuperan en Lleida niveles de facturación precrisis

El sector emplea en estos momentos 10.500 personas, 370 más que hace un año

Eduard Molinera, montado en el camión en plena jornada laboral en Guissona.

Eduard Molinera, montado en el camión en plena jornada laboral en Guissona.X. SANTESMASSES

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Empresas del sector del transporte han conseguido ya en octubre niveles de actividad y facturación similares a los de las mismas fechas del año pasado después de haber tenido que reinventarse muchas de ellas para afrontar la crisis. Con todo, las volcadas en el sector de la hostelería y la restauración siguen en dificultades.

La pandemia está haciendo mella en la economía, pero la situación es diferente en función de los sectores o las actividades concretas. En el caso de Lleida, el hecho de tener buena parte de su producto interior bruto ligado a la agroalimentación está jugando a su favor. También a empresas relacionadas con él, como es el caso del transporte, donde ya hay compañías que en el pasado mes de octubre han registrado facturaciones similares a las mismas fechas del año pasado.

La secretaria general de la Asociación Provincial Empresarial de Transportes de Mercancías por Carretera de Lleida (Asotrans), Silvia Llobet, explica que la situación no se puede considerar del todo normalizada pero sí que ahora hay firmas que “vuelven a los lindares de facturación de los meses de octubre o noviembre del año pasado, después de un verano en el que el sector ha sufrido los efectos de una caída de la demanda”. Con todo, hay casos en los que se encuentran en francas dificultades. Se trata de aquellos transportistas o empresas volcados precisamente en las actividades que hoy están cerradas por las restricciones para frenar el coronavirus. Fundamentalmente, aquellos que centraban su trabajo en la hostelería y la restauración.

El transporte ligado a la agroalimentación ha encarado mejor la situación actual

Una Lleida con una fuerte implantación agroalimentaria permite que se sigan manteniendo los transportes de cereales para piensos, animales vivos y carnes o fruta, como pone Asotrans como ejemplos.

De hecho, mientras que la provincia de Lleida ha perdido 4.707 afiliados a la Seguridad Social, el sector del transporte y el almacenamiento de la demarcación tiene mayores volúmenes de empleo que en octubre de 2019. Los últimos datos de la Seguridad Social sitúan en 10.497 trabajadores, frente a los 10.217 de hace un año. Se trata de un aumento de 370 cotizantes, que supone un 3,65%. Del total de personas ligadas hoy a transporte y almacenamiento, 8.303 cotizan en el régimen general (asalariados), mientras que 2.194 son autónomos. Solo la patronal Asotrans cuenta con un millar de empresas asociadas en la provincia, que tienen una flota de entre 4.000 y 4.5000 vehículos. Muchos de ellos tienen doble tripulación de chóferes. A este personal se suma el “de tierra”, en el que se engloba un amplio abanico de departamentos, desde los del control del tráfico de las flotas, recursos humanos o legales, por poner algunos ejemplos. Las empresas han apostado por implantar el teletrabajo en las funciones en las que es posible.

Lleida es una provincia con un fuerte sector del transporte, con actividad no solo de actividad en el Estado sino gran carga en rutas de exportación e importación, desde la fruta a los cereales como dos de las más conocidas.

En estos momentos las preocupaciones a futuro se centran en la campaña navideña ante la posibilidad de un hipotético retraimiento del consumo. También teme el hecho de que puedan acabar decretándose un confinamiento domiciliario en Estado o en algunas comunidades autónomas en fechas próximas que vuelvan a dificultar las actividades económicas no consideradas esenciales.

“Es el mismo trabajo pero con más protocolos”

Eduard Molinera es un transportista de 35 años que trabaja con el sector de la agroalimentación y conoce bien los problemas a los que deben enfrentarse día a día los chóferes. Explica que el sector del transporte alimentario es uno de los menos afectados por los estragos que está causando la pandemia sobre la actividad económica. “El trabajo es el mismo que antes, solo que ahora hay que sumar los protocolos de mascarillas, gel y pantallas cuando te presentas en las fábricas”.

Considera que lo más molesto es no poder parar a comer en la carretera. “Hay restaurantes abiertos para llevarse la comida, el llamado take away, pero no es lo mismo y al final he optado por comprarme una fiambrera eléctrica y llevarme la comida hecha de casa”. Es una solución que se ha generalizado entre muchos profesionales.

Durante el confinamiento domiciliario en primavera, los chóferes no tenían acceso ni a bares y en muchos casos lavabos en sus rutas. Hoy, en lo que refiere a los servicios, Molinera dice que “debes utilizarlos en el punto de salida o en el de llegada, porque no vas a parar en mitad de la autovía”.

Dice que la Covid les afecta poco en el trabajo, “salvo que en las fábricas suele haber bajas y falta de personal a causa de la pandemia y a veces esto retrasa un poco la faena”. Explica que muchos otros sectores notarán más los efectos de la crisis. De hecho explica que “en las carreteras hay mucho menos tránsito del que estábamos acostumbrados, y esto quiere decir que hay mucha gente que no trabaja y por tanto no ingresa dinero. Es una cadena y puede que a la larga nos afecte a todos”.

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