Talento joven en los fogones

Un total de once jóvenes promesas de la cocina participaron ayer en la 31 edición del Concurs de Joves Cuiners Àngel Moncusí, uno de los certámenes gastronómicos dedicado a los nuevos talentos más consolidados de Catalunya. La codorniz y la manzana de Lleida fueron los ingredientes escogidos por la Escola d’Hoteleria i Turisme para poner a prueba la creatividad de estos jóvenes chefs, que debían elaborar un plato principal y un postre, que posteriormente valorarían los cuatro miembros del jurado. Por segundo año consecutivo, una mujer se hizo con el primer premio del certamen. En este caso, Marina Clavero del restaurante Can Bosch de Cambrils, se proclamó ganadora con su plato Guatlla en escabetx, pastanaga especiada i prunes y el postre Poma de Lleida, fonoll i menta, mientras que Sergi Aritzeta del Cal Xirricló de Balaguer, se llevó el segundo premio y Josep Salvador, de L’Espurna, el galardón al mejor trabajo de cocina. Los tres encandilaron a los jueces, que valoraron tanto la organización del espacio de trabajo, como el sabor, la creatividad y el atractivo visual de los platos. “Somos un certamen completamente consolidado, que tiene como objetivo desarrollar y garantizar el futuro de nuestros cocineros más jóvenes”, explicó ayer el secretario general de la Federació de Hostalería, Ramon Solsona. Ya por la noche, la Llotja acogió la entrega de premios y la celebración de la “Gran festa de la Gastronomia” organizada por las asociaciones All Cuiners, Noguera Cuina, La Xicoia y Àpat.

En el certamen también participaron los cocineros Joan Castaño (Malena), Manuel Martín (Lits), Ricard Palau (Sheyton), Josep Salvador (L’Espurna), Judit Jové (Cram), Genís Santos (La Boscana), Albert Farnell (El Claustre Monestir de les Avellanes), así como los alumnos de la Escuela de Hoteleria de Lleida, Pol Cura y de la de Barcelona, Juan Camacho.

¿Qué supone ganar este premio?

Estoy muy contenta porque es un premio al esfuerzo, la pasión y a las ganas que le pongo cada día a mi cocina. Además, yo estudié aquí [por la Escola d’Hoteleria de Lleida], y aunque ahora trabajo en Cambrils, ganar el premio en casa hace mucha ilusión.

¿Es la primera vez que participa?

Efectivamente, y para mí ha supuesto todo un reto. Me lo he pasado muy bien, también han habido nervios y momentos divertidos. Ha sido una experiencia muy gratificante.

¿Qué ha sido lo más difícil?

Cocinar aquí es muy distinto a hacerlo en tu cocina. El plato es sorpresa, tienes que adaptarte, saber improvisar y controlar los nervios y la presión de verte rodeada de tan buenos cocineros.

Por segundo año consecutivo gana una mujer.

Me alegra que cada vez haya más mujeres en estos concursos, pero tadavía se necesitan más.