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Beber para adelgazar

Sabemos beber correctamente?

La ingesta diaria de agua recomendada es de unos dos litros diarios.

Beber para adelgazar

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Cuando nos disponemos a seguir algun tipo de dieta de adelgazamiento, siempre nos fijamos en lo que comemos e intentamos reducir la ingesta calórica. No obstante,  le estamos prestando poca atención a otras cuestiones como respirar bien, termoregular de forma adecuada, dormir bien, y, sobre todo, saber beber correctamente.  Las recomendaciones, según recoge la Guía de Hidratación del Instituto de Investigación Agua y Salud, son de 2 litros para las mujeres y 2,5 para los hombres.

Cuando por diferentes motivos el organismo tiene dificultad para eliminar las toxinas que ingerimos tiende a retener líquido para “diluirlas” a fin que estas toxinas ácidas irriten menos las paredes celulares. “Esta retención de líquido puede suponer un aumento de peso notable. De hecho, cuando una persona se inicia en un ayuno o realiza cambios nutricionales en la dirección de bajar la carga tóxica de sus dietas (comer más alimentos de origen vegetal y/o biológico, o simplemente comer menos) lo que experimenta los primeros días es una pérdida rápida de peso”, explica Jesus Dominguez, director técnico de los retiros de MiAyuno.es.

El equilibrio de los líquidos en el cuerpo depende principalmente de los riñones y de los pulmones, ya que son los responsables de mantener la ponderación electrolítica del cuerpo. Este último es el verdadero motor de los líquidos en el cuerpo, por este motivo cuando una persona se deshidrata pierde el 3% del total del agua del cuerpo. “Aunque es cierto que nos engordamos más en función de nuestra forma de beber, también lo es que nuestra manera de comer puede estar condicionada por nuestra mejor o peor hidratación. En ocasiones, tenemos sensación de hambre cuando realmente lo que tenemos es sed. Y es que, en algunas personas la sensación de sed no aparece porque se han acostumbrado a no hacer caso a esta sensación (no tengo tiempo para beber). En este momento, el cerebro activa la sensación de hambre, pero de hambre de dulce”, añade Domínguez.

Para mantenernos bien hidratados debemos  beber agua con electrolitos en caso de que ya se experimenten síntomas de deshidratación o de mal equilibrio electrolítico como: cansancio, problemas de memoria o concentración, calambres musculares, irritabilidad, dolores articulares y musculares, problemas digestivos, osteoporosis, piel seca y caída de cabello. Y, en aquellos casos en los que ya se manifiesten síntomas durante algunas semanas, aumentar la ingesta de sales minerales (que se convierten en electrolitos en nuestro cuerpo). Existen un gran número de opciones en el mercado, sin embargo, la más económica es el bicarbonato sódico o de potasio. (Las personas con hipertensión o insuficiencia renal necesitaran un control médico si desean alargar la experiencia).

Francisco Tinahones, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), frena en seco cualquier justificación de que el agua realmente adelgace: "La única evidencia que existe es que hidratarse es bueno para la función renal y como sustitutivo de otras bebidas, incluidas las acalóricas (refrescos cero o light), pero de que el agua en sí adelgace no hay ninguna evidencia".

Hay otros científicos que defienden la utilidad del agua para adelgazar, como el equipo de Michael Boschman, de la Universidad de Humboldt (Berlín), que sostiene que beber dos litros de agua diarios aumenta la termogénesis (para 'calentar' el agua de una temperatura ambiental de unos 22 grados a la temperatura del cuerpo de 37 grados). Para ese calentamiento, los hombres utilizan los lípidos y las mujeres, los hidratos de carbono. Este proceso consume al día unas 95 kilocalorías que, según el equipo alemán, es útil en los programas de pérdida de peso.

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