Una empresa del País Vasco desarrolla un sistema de reciclaje de mascarillas
El escaparate de una tienda que oferta mascarillas en Toledo.
Aunque parece que se acerque el final de las mascarillas (las autoridades estudian eliminarlas en exteriores), seguirán siendo obligatorias o recomendables durante bastante tiempo en otros espacios.
Hasta el momento, la única opción existente para deshacerse de guantes y mascarillas, sean del material que sean, es introducir el material en una bolsa de basura y lanzarlo en el contenedor gris. No se pueden reciclar, a causa de la carga contagiosa que llevan y nunca se tienen que tirar en ninguno de los otros contenedores: amarillo, orgánica, papel o textil, aunque las mascarillas puedan contener alguno de estos materiales como plástico o ropa.
La startup vizcaína Nantek, especializada en el reciclaje y reconversión de todo tipo de plásticos, ha desarrollado un innovador sistema termoquímico por inertitzar todo tipo de máscaras sanitarias, además de reciclarlas y convertirlas en productos petroquímicos de alto valor industrial, proporcionando sostenibilidad y economía circular para un producto que la ciudadanía utiliza de manera diaria como consecuencia de la pandemia. La consultora medioambiental guipuzcoana Orka, dedicada a la recogida de residuos domésticos, está recogiendo máscaras de todas aquellas entidades o corporaciones.
Las dos firmas han activado un portal web a fin de que particulares, empresas o entidades que manejan este tipo de residuos sanitarios tengan la oportunidad de que les sean recogidos en su mismo establecimiento. Es un servicio que tendrá un mínimo de coste en función del lugar de recogida, el tipo de mascarillas, la cantidad de residuos recogidos, o bien su estado de conservación.
El proceso de reciclaje se inicia con la recogida de las màscaretes y su introducción en bolsas|bolsos plásticas para evitar una posible contaminación hacia el exterior. Estas bolsas se tratan a altas temperaturas en hornos pirolíticos construidos expresamente. Con eso se consigue inertitzar los residuos, eliminando cualquier resto biológico.
Posteriormente, este residuo inactivo es convertido mediante un segundo proceso químico de condensación de gases en productos líquidos (hidrógeno) e hidrocarburos sintéticos (parafinas o combustibles libres de azufre que podrían ser utilizados en el transporte por carretera o marino).
Nantek estaría en disposición de poder tratar hasta 500 toneladas de estos productos en una nueva planta que se está construyendo en Zamudio (Vizcaya), que entrará en servicio en diciembre de este año y en que además se podrán reciclar todo tipo de plásticos. Con eso se conseguiría limitar la llegada de este tipo de desperdicios a vertederos o incineradoras, y además obtener productos de alto valor añadido para uso industrial o para producir energía.
