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Ha llegado la época del año en la que el caldo es el alimento estrella. La sopa, ya sea de verduras, pollo, cocido o pescado, es un alimento idóneo para ingerir ingredientes naturales y una manera eficaz de calentar nuestro cuerpo y preservarlo del frío.

Un truco ideal para que los ingredientes y alimentos con los que vamos a cocinar nuestro caldo casero desprendan todos sus nutrientes, vitaminas y sabor es añadir agua fría a la olla de cocción. De este modo, los alimentos se van cocinando a fuego lento y, a la vez que el agua se va calentando, va absorbiendo las vitaminas de los ingredientes.

Lo que realmente aporta cuerpo y sabor al caldo son los huesos de la carne, por ejemplo, el hueso del jamón, las carcasas del pollo o las espinas del pescado. Mucha gente cree que el sabor mejora echando el pescado o la carne enteros dentro del caldo, pero realmente los huesos y espinas marcan la diferencia. 

Un caldo casero con cuerpo tiene truco: pasar por la plancha todas las piezas de carne o pescado y verduras que incorporemos después al caldo aportará, además de un color dorado, un punto extra de sabor. También puedes poner a la plancha (sin aceite) una cebolla y cocinarla hasta que quede bien tostada antes de incorporarla al caldo. 

Por lo que se refiere a la cocción, alargarla durante horas no garantiza que sea mejor, al contrario, conseguiremos un efecto negativo, dado que puede acabar con los sabores de los alimentos. Como referencia, se recomienda no cocinarlo más de una hora, para un caldo de pescado bastará con cocinarlo durante 20-25 minutos, y el caldo de cocido ronda las cuatro horas de cocción.

Incorporar verduras aportará un sabor suave a tus sopas. Independientemente de la variedad de caldo que quieras cocinar, ya sea vegetal, de carne o de pescado, asegúrate siempre de incorporar una base sólida de verduras. No solo aportará un sabor especial, sino que aprovecharás los nutrientes y las vitaminas de las verduras para reforzar tu sistema inmunitario. Las más habituales suelen ser el apio, la cebolla, el puerro, la zanahoria y el ajo, entre otras.

Para cocinar un caldo de pescado, además de la base de marisco y distintas piezas del mar, se puede añadir puerro, tomate y zanahoria. Un caldo de pollo funciona mejor con una buena base vegetal compuesta por apio, nabo, zanahoria, ajo, cebolla, puerro, chirivía, hierbabuena y laurel.

Uno de los errores más recurrentes que se cometen al hacer el caldo es incorporar la sal junto al agua, pero el agua del caldo necesita calentarse y absorber todos los nutrientes de los ingredientes que hemos incorporado, y la sal impide los absorba en su totalidad. Por lo tanto, si quieres cocinar sopa con el caldo casero que has elaborado, se recomienda echar la sal cuando la cocines aparte.

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