La calle, atenta y con muchas dudas

“Hemos llegado a un punto de no retorno, ahora no se puede dar marcha atrás. Cualquier revolución requiere un esfuerzo y esperamos que los políticos estén a la altura y no respondan con medias tintas”, afirmaron un grupo de amigos en la plaza Sant Joan de Lleida. Uno de ellos se mostró preocupado por la violencia. “Vemos policía por todas partes y, aunque estemos en el siglo XXI, no hay que olvidar que todas las independencias han ido ligadas a la violencia”, afirmó uno de ellos, Héctor Roca, de 45 años. “Es la hora de actuar, el camino no será fácil, pero no podemos quedarnos callados. Yo misma no pensaba votar el 1 de octubre, pero cuando vi a las cargas policiales cambié de opinión y me fui al colegio electoral”, añadió Marina Perera, de 54 años.

Entre los mayores la visión era otra. Algunos de los entrevistados se mostraron más conservadores y preocupados por el futuro en Catalunya. “¿Qué país dejaremos a nuestros hijos y nietos si se van las empresas y las inversiones?”, afirmó Rosario Falcón, de 61 años. “Los políticos se han precipitado, creo que todo el mundo debe defender sus derechos, pero hay que hacerlo siempre dentro de la legalidad” afirmó Salvador Gubau, pensionista de 56 años. “En Europa mandan cuatro y no les interesan los cambios”, afirmó por su parte un vecino de Cervera. “Al margen del problema político, tenemos otro económico”, concluyó.