La patronal del comercio pide un único horario de apertura anual

Las patronales Foment Comerç y Pimec Comerç reclamaron ayer “de forma unitaria y con urgencia” establecer un único horario comercial que delimite el margen de apertura entre las 6.30 y las 21.30 horas, resultado de la media entre el horario de verano (de 7.00 a 22.00 horas) y el de invierno (de 06.00 a 21.00 horas). Ambas patronales pidieron a todos los grupos del Parlament que defiendan este acuerdo, y expresaron su disconformidad con las propuestas de establecer un horario para el comercio que fije el cierre de las tiendas a las 21.00 o incluso a las 20.30 horas. También mostraron su preocupación por el “retraso injustificado” en la tramitación parlamentaria de la reforma del actual horario doble de verano e invierno, ya que defienden que introducir este horario doble en la ley de Comercio fue un error porque no se consensuó con el sector y, a su juicio, genera desconcierto entre comerciantes y consumidores.

En este sentido, el presidente de Pimec Comerç en Lleida, Manel Llaràs, consideró que adoptar un único horario comercial es necesario porque “hasta el propio consumidor se confunde con estos cambios de horario y la mayoría de ellos lo ven innecesario”. Asimismo, opinó que esta medida “acabará beneficiando al pequeño comercio tanto desde el punto de vista de la conciliación familiar como por la posibilidad de poder competir contra grandes superficies, ya que habitualmente son las últimas que cierran”. A su vez, vaticinó que “la propuesta será aprobada con un amplio consenso”. Paralelamente, tanto Pimec como Foment reconocen que se debe trabajar por una racionalización de los horarios, pero que “debe enmarcarse en la idea del equilibrio, la libertad y la autosuficiencia de la ciudadanía en sus relaciones con el consumo”.

Por otro lado, la Generalitat aprobó ayer modificar el decreto sobre la acreditación de la venta de proximidad de productos agroalimentarios. La modificación incorpora a los productos agrarios, fija una duración anual para la acreditación, establece que los animales deben ser nacidos, criados y sacrificados en explotaciones del territorio y hace extensiva la participación de empresas gestionadas por la persona titular de la explotación a partir de un 50%.