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Diez días después de que se aplicara el toque de queda y casi tres semanas después de que se volvieran a cerrar bares y restaurantes, las estadísticas sobre la Covid-19 parecen dar un respiro y en Lleida ya se contempla un descenso de los contagios y del riesgo de rebrote, y sobre todo del índice Rt, la velocidad de reproducción de la enfermedad que ha bajado del 1 en el Pirineo y está unas centésimas por encima en Lleida, sin que tampoco las UCI hayan aumentado el nivel de ocupación. Son buenos datos que de confirmarse en días sucesivos alejan el fantasma del confinamiento domiciliario que han pedido en otras autonomías con cifras más negativas. La Generalitat lo descarta de momento porque confía en que las medidas adoptadas sigan dando frutos y también el ministro de Sanidad se ha mostrado contrario pidiendo que las autonomías no entren en una competición para ver quien toma las medidas más duras. Hay que ir paso a paso, evaluar el resultado de las restricciones vigentes antes de lanzar otras nuevas para no confundir ni desmoralizar a la población y porque el confinamiento domiciliario ha de ser la última medida porque, como se vio en la primavera, paraliza la economía y como se está viendo se pueden obtener buenos resultados sin llegar a una medida tan extrema. En lo que sí hay que insistir es que se cumplan las medidas aprobadas, extremar la vigilancia individual y colectiva y evitar la proliferación de fiestas y encuentros en los que tienen que intervenir cada fin de semana las fuerzas de seguridad. Nos jugamos todos demasiado como para anteponer unas horas de juerga a la sanidad colectiva.

Evitar desahucios vulnerables Si ya es triste la situación de pandemia, aún lo es más quedarse sin casa en estas circunstancias como sucedió a una familia de la Meridiana con tres pequeños, que se vio en la calle horas antes del toque de queda y con buen criterio la Generalitat ha prohibido los desahucios de familias en riesgo de exclusión por grandes propietarios mientras dure el estado de alarma. En el 80 por ciento de los casos, el desahucio llega porque no pueden pagar el alquiler y hay que proteger a los débiles.

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