SEGRE

Creado:

Actualizado:

La torpeza con que se han gestionado las ayudas a los autónomos, y el desprecio con que se ha tratado a los más de cien mil profesionales que cumplían los requisitos para pedir las subvenciones y no fueron ni siquiera atendidos, no se puede zanjar con unas protocolarias disculpas y la promesa de que habrá más ayudas. Hay unas responsabilidades políticas que alguien debe asumir, porque ni se había planteado bien el plan de ayudas, ni tampoco se habían diseñado correctamente las herramientas para acceder a la tramitación, con una web que se colapsó permanentemente con miles de horas perdidas por los autónomos y sus gestorías para intentar acceder a las ayudas de 2.000 euros, que como se quejaba alguno de los afectados escasamente servirán para pagar las cuotas que se les sigue reclamando puntualmente pese a que no tienen ingresos. Es un desprecio a los autónomos plantear una carrera diciendo que se concederán las ayudas por orden cronológico porque a tenor de las cifras, que la conselleria de Trabajo debe conocer, representa una lotería a la que podían acceder escasamente diez mil solicitantes de un colectivo de más de quinientos mil, de los que más de cien mil cumplen los requisitos. También es evidente que con tal expectativa de peticiones la web podía colapsarse, porque es complicado absorber esta avalancha, algo que también debería saber la conselleria de Políticas Digitales, a la que se encargó la gestión informática del tema. Pero nadie hizo nada por evitarlo y abocaron a miles de autónomos a colgarse del teléfono o del ordenador para al final quedarse con la frustración de no ser atendidos y la sensación de que les han tomado el pelo. Y no sirve echar las culpas a Madrid y quejarse de poco presupuesto, como hizo la consellera portavoz del gobierno catalán, porque de lo que se trataba es de gestionar bien las ayudas anunciadas, y es precisamente lo que se hizo mal, dejando en entredicho la capacidad y la sensibilidad del gobierno catalán hacia un sector que está sufriendo especialmente la pandemia. Todos podemos equivocarnos, y más en un periodo tan complicado como el que vivimos, pero los errores cometidos con las ayudas a los autónomos son tan groseros que no basta con pedir excusas y hay que exigir responsabilidades. Y esta misma conselleria ya se equivocó con la gestión de las residencias o con las palabras de su titular asegurando que el teletrabajo es obligatorio.

tracking