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CONDENA PEDERASTIA

Ocho años para un exmonitor de Maristas por porno infantil

Poseía miles de fotografías y vídeos de menores en actitudes sexuales explícitas|| Espera otro juicio por abusar de 4 alumnas

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La Audiencia de Barcelona ha condenado a ocho años de cárcel por difundir pornografía infantil a un exmonitor de la escuela Maristas de Sants de Barcelona que está a la espera de ser juzgado de nuevo, acusado de abusar sexualmente de cuatro alumnas del centro. El exmonitor fue detenido a raíz de una denuncia presentada por la propia escuela y por las quejas de las familias de las víctimas, y quedó en libertad provisional tras pasar a disposición judicial, aunque posteriormente el juez acordó su ingreso en prisión porque en el registro de su domicilio se comprobó que tenía descargado abundante material de pornografía infantil.

El condenado, cuyo caso salió a la luz en febrero de 2016, en pleno escándalo por el aluvión de denuncias por abusos sexuales contra profesores de la escuela Maristas de Sants, está a la espera de otro juicio en el que afronta una pena de 16 años y ocho meses de cárcel por abusar sexualmente de cuatro niñas de este centro educativo, del que era monitor de comedor, entre noviembre y diciembre de 2015.

Entre sus dos domicilios había 5.000 fotografías y 300 vídeos de pornografía infantil

La Audiencia considera probado que, entre los años 2014 y 2015, el acusado participó en redes de intercambio de archivos fotográficos y videográficos en las que aparecían menores de edad, la mayoría de ellas niñas, en actitudes sexuales explícitas. En los registros practicados en los dos domicilios del acusado, que tuvo que cambiar de vivienda por la orden de alejamiento que se le impuso por las denuncias de abusos a alumnas, se incautó material informático que incluía cerca de 5.000 fotografías y más de 300 vídeos de pornografía infantil. Además, según la sentencia, se ha contabilizado que el condenado mantenía conversaciones con más de 180 usuarios en la red, con el único fin de intercambiar pornografía infantil.

El tribunal impuso al procesado una condena de ocho años de cárcel, al tener en cuenta el “carácter particularmente degradante vejatorio” y la gran cantidad de material pornográfico que almacenaba y difundía.

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