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PANORAMA

Complicada cuenta atrás al Parlament

Aún existen más incertidumbres que certezas con Puigdemont en Bruselas y Junqueras en prisión || Los independentistas buscan apuntalar la mayoría y evitar a toda costa nuevas elecciones

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El nuevo Parlament se conformará en apenas diez días, pero en estos momentos casi se puede decir que hay más incertidumbres que certezas sobre los pactos a cerrar entre las filas de las candidaturas independentistas antes de que llegue el día 17, con Carles Puigdemont en Bruselas y Oriol Junqueras en prisión. Todo ello porque pese a que la aritmética electoral arrojó el 21D una clara mayoría absoluta del bloque a favor de una república catalana, el exilio y la prisión hacen necesario tejer acuerdos con soluciones que muchos califican de imaginativas. La candidatura encabezada por Carles Puigdemont se erigió en la más votada de las filas soberanistas, con 34 diputados, mientras los republicanos de Oriol Junqueras, después de que las encuestas les dieran por ganador en pugna con Ciudadanos, se quedó con 32. Con los cuatro parlamentarios de la CUP suman 70 representantes en la Cámara, dos por encima de la mayoría absoluta, lo que a priori no tendría que suponer problemas para conformar un nuevo Executiu con la independencia de Catalunya como en primer y gran objetivo en el horizonte. Puigdemont exige ser el president, echar por tierra la aplicación del artículo 155, y Esquerra lo acepta a su manera, presionando para que el exiliado vuelva a Catalunya.

Las circunstancias no son ni mucho menos normales. Puigdemont y cuatro diputados, entre ellos la leridana Meritxell Serret (ERC), están en Bruselas. Además, Oriol Junqueras está encarcelado, al igual que otros dos parlamentarios. Hablamos de ocho puestos en la Cámara de los que puede depender que el bloque soberanista sume o no la mayoría necesaria. En principio ni los exiliados ni los encarcelados deben tener problemas para conseguir el acta de diputados. Pero, la primera gran incógnita es si unos y otros podrán o no votar en la Cámara, si podrán dejar Estremera y la capital belga o si podrán emitir un voto telemático. De no ser así, sería necesario que al menos seis de estos diputados electos renunciaran para dejar paso a otros compañeros de sus listas. Se trataría de no poner en peligro la mayoría soberanista. Queda fuera de toda duda que Puigdemont y Junqueras, como líderes, no renunciarán a sus escaños.

Puigdemont defiende que debe mantenerse como president y Esquerra presiona para que vuelva

Hasta seis parlamentarios negocian dejar sus escaños al estar ahora exiliados o encarcelados

Todo ello, sin embargo, deja nuevas incógnitas. Por una parte, el papel que jugarían los hoy diputados electos que darían un paso al lado en favor de que no peligre el bloque soberanista. Hablamos de su futuro político en sus partidos, pero también del económico, para unas personas en prisión o a miles de kilómetros de sus familias. La segunda gran incógnita es el papel de la CUP. Pese que ha perdido peso en el Parlament, al pasar de 10 a 4 diputados, como mínimo debería abstenerse en segunda votación para la elección del nuevo president, al que exige unilateralidad.

Entretanto, Ciudadanos insiste en que, al ser el grupo con más parlamentarios (36), debe presidir la Mesa del Parlament. Pero salvo un giro inesperado, sus aspiraciones se quedarán en nada. Primero, porque las candidaturas soberanistas harán todo para repetir al frente de la Cámara. Segundo, porque debería tener el apoyo de CatComú, que lo rechaza de plano, además del PSC y el PP.

El president, miembro de la Cámara pero no tiene porqué estar presenteEl reglamento del Parlament especifica que el president de la Generalitat tiene que ser elegido entre sus miembros. Expertos aluden al hecho de que no especifica que el elegido deba encontrarse en la Cámara en la votación. Es decir, en principio no habría problema para que fuera Carles Puigdemont. Pero la cosa se complica porque, por una parte, Esquerra le reclama que vuelva para hacerse cargo del Executiu y, por otra, el equipo del político de Girona reclama un pacto con el Estado que le asegure que no sería encarcelado a su regreso, algo más que improbable. Con todo, lo que sí está claro es que ni unos ni otros quieren oír hablar de una hipotética repetición de las elecciones, y más teniendo en cuenta que en mayo del próximo año se celebrarán las municipales. En ellas el PDeCAT tratará de revalidad su poder en el territorio, mientras que ERC espera mejorar resultados. Esta misma semana una encuesta le sitúa como posible vencedor en Barcelona, con casi un empate técnico con Ada Colau. De momento los republicanos no se han lanzado a la pugna con Colau en el cuerpo a cuerpo, no en vano quieren acercar a las bases de los comunes hacia el soberanismo. Pero como el panorama es el de incógnita tras incógnita, las que llegan del ámbito judicial son claves. No solo hablamos de cuándo podrán salir de prisión Oriol Junqueras, Jordi Sànchez y Joaquim Forn, sino cuándo podrían ir a juicio. Se calcula que podría ser en un año, con la espada de Damocles de penas de prisión e inhabilitación.

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