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Los taxistas amenazan con endurecer las protestas si Fomento no acata sus demandas

El colectivo amenaza con bloquear la frontera con Francia y el puerto de Barcelona si el Ministerio no atiende sus peticiones y aprueba la licencia urbana || Tercera noche que pasan al raso en la Gran Vía

Varios turistas pasan entre los taxis que ocupan la Gran Vía de Barcelona.

Varios turistas pasan entre los taxis que ocupan la Gran Vía de Barcelona.EFE

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Los taxistas de Barcelona, que se mantienen en huelga indefinida desde el viernes por la tarde, aseguraron ayer que no levantarán el paro hasta que consigan “ganar”, y advirtieron al Ministerio de Fomento que si no se aprueba la licencia urbana, que permitiría a los ayuntamientos legislar según su criterio cómo deberán operar compañías como Uber o Cabify en sus ciudades, no se levantarán las movilizaciones, e incluso se plantean bloquear la frontera con Francia y el puerto de Barcelona. “Si no conseguimos que se apruebe la licencia urbana, intensificaremos las movilizaciones en todo el país coordinadamente y pararemos la economía”, dijo el portavoz de Élite Taxi, Alberto Álvarez. Explicó que, si no les conceden la licencia urbana se “levantarán de la mesa”, y convocarán a los taxistas para seguir con las protestas, aunque espera que este viernes se apruebe un decreto en el Consejo de Ministros que arregle la situación. A pesar de tener convocada la reunión hoy con Fomento, Álvarez llamó a los taxistas a mantener por la noche la Gran Via de Barcelona “reventada de taxis”, ante los rumores de que podrían ser desalojados al ser hoy un día laboral. “Tenemos que resistir y persistir. Tenemos que estar unidos, de aquí no se va ni el tato hasta que tengamos la licencia urbana”, sentenció el portavoz.

El portavoz de Élite Taxi explicó también que las instituciones catalanas y el ayuntamiento de Barcelona les están pidiendo que confíen en ellos y que levanten la movilización, aunque ellos se niegan y lamentan la situación que están creando: “Sentimos mucho los problemas que estamos causando”, zanjó el portavoz.

Amenazan con “levantarse de la mesa” si no hay licencias urbanas y no pararán “hasta ganar”

Los trabajadores piden que se respete la proporción de una licencia de VTC por cada treinta de taxi

Por su parte, los conductores de Cabify y Uber denunciaron varias agresiones y actos violentos contra su colectivo por parte de los taxistas en Barcelona y Madrid.

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La huelga de servicios que los taxistas de Barcelona y Madrid empezaron la semana pasada y a la que se están sumando cada vez más ciudades y colectivos surge a raíz de la decisión de la Justicia de no limitar por el momento, el número de licencias de vehículos de alquiler con conductor (VTC), las usadas por las plataformas Uber y Cabify. El pasado viernes el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) declaró que el Área Metropolitana de Barcelona “carece de potestad reglamentaria” para regular el arrendamiento de vehículos con conductor. Un argumento con el que el tribunal mantiene vigente la suspensión cautelar del reglamento metropolitano que pretendía restringir este tipo de licencias VTC. La Comisión Nacional de Mercados y Competencias (CNMC) presentó recurso y esto ha propiciado la suspensión cautelar del TSJC, pese a que el Supremo avaló el límite de 1 licencia de VTC por cada treintena de taxis en pro del “interés general”. Tras la decisión del TSJC, el sector del taxi decidió en asamblea redoblar la presión y llamar a la huelga indefinida hasta lograr el compromiso por parte de las administraciones que se respete la proporción de una licencia de VTC por cada 30 de taxi y que los ayuntamientos puedan decidir sobre la presencia de estas plataformas en sus calles. Este límite fijaría la cantidad de vehículos VTC, que ahora rebasa los 9.000. Por su parte, la cifra de licencias de taxi ronda las 65.000 en el Estado, lo que equivale a una proporción cercana a 1 VTC por cada 7 de taxi. Tal cantidad de licencias VTC, alimentada por la desregularización inicial, provoca que para cumplir el 1/30 no sólo baste con frenar la concesión de nuevas licencias –algo que ya se hace– sino que se retiren parte de ellas.

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